Capítulo 3: Prodría llamarse, coqueteo.

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Últimamente Gabriel y yo hemos estado pasando mucho, demasiado diría yo, tiempo juntos, y me gusta, quien diría que este niño sería tan infantil, nos hemos puesto a hacerle Bulliyng a todo el mundo golpeandolos con gomitas elásticas, a las que llamamos gomitas del Bulliyng.

Un día estamos en el pasillo, uno al lado del otro recostados del muro -¿Que edad tienes? -le pregunto a Gabriel que esta mirando distraído hacia el otro lado.

-16. -hago cara extraña como diciendo '¿En serio?' -No parece, ¿Verdad? -dice como si leyera mi mente.

-No, para nada -realmente parece de 18.

-Parezco como de 18 -¿En serio puede leer mi mente? -¿Y tú?

-14 -sí, tengo 14, aunque no lo parezca, creo que soy la más pequeña de mi curso.

El silencio vuelve, me quedó mirando muy atentamente a Gabriel, que esta parado con las manos en los bolsillo y un pie delante de otro, yo me paró igual que él y sigo mirándolo fijamente, él me mira de arriba a bajo y se ríe, saca las manos de sus bolsillo y cruza los brazos, yo acto seguido hago lo mismo, él me vuelve a mirar pero esta vez sonríe, endereza los pies y yo hago lo mismo, me río y él se ríe conmigo, descruza los brazos y coloca las manos en sus nalgas y se recuesta del muro, yo hago lo mismo, él no aguanta más y se echa a reír a carcajadas y yo río con él, tocan para entrar al aula, y como no me gusta ser de las primeras en entran me quedo en el mismo lugar, imitando a Gabriel, y sonriéndonos el uno al otro, es bonita su sonrisa.

Después de que casi todos entran entramos, nos sentamos en lados completamente opuestos del aula, el se sienta en la segundo fila en el ultimo asiento, y yo en la última fila segundo asiento, que ironía de la vida.

Tras dos horas de sociales y una de electricidad, al fin nos vamos a casa, saco mis audífonos antes de irnos y saliendo de la escuela me encuentro con Adrián, está en mi escuela pero en cuarto, como el vive cerca de mi casa, solo una estación antes, nos vamos juntos hablando de todo un poco, así no encuentro tan tedioso mi largo camino a casa. Una vez en casa comienza mi rutina.

Y Ahí Estaba Él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora