Capítulo 9: Heridas y falsas esperanzas.

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Ultimamente he estado muy unida a Ethan, a pesar que es amigo de Gabriel, me siento bien desahogandome con él, pero todo con su debido limite, nunca le diría nada que no quisiera que Gabriel supiera.

El año, por fin, está casi finalizando, dentro de dos semanas son los examenes, y no volveré a ver este recinto jamas.

Al menos ese pensé, hasta que llego el día de recibir las calificaciones y reprobé dos materias, es decir, dos semanas más en la escuela. Pero con las distracciones necesarias, esas dos semanas se pasaron volando. El día de la entrega de las calificaciones de los completivos, me la paso de aquí para allá con Adrian, todo es risas y juegos, volteo de repente y veo a Gabriel con una amigo, y sigo hablando con mi compañero, consciente de que a Gabriel no le cae para nada bien Adrian. A las 4:00 p.m. me voy a casa, para ya ¡por fin! dejar TODO esto atras.

Antes de llegar a casa paso a saludar a Nath -Hola, bebé. -digo al saludarla.

-Hola, mi amor -ella me abraza y nos abrazamos, hago puchero -¿Qué te pasa?

-Ya no volveré a verlo -digo con la mirada gacha.

-¿Que no era eso lo que querías?

-En cierto punto sí, pero si por querer es también quise arreglar las cosas, y no pude.

-Lo superaras. -dice alentadoramente.

-Lo sé, pero superarlo duele. -digo con la mirada perdida.

**********

Ya han pasado dos meses de la ultima vez que lo vi, y toda yo he cambiado por completo. Debo admitir que te echo de menos terriblemente, el mundo es demasiado callado sin ti cerca, estoy más delgada, como menos, me acostaba temprano y me levantaba tarde y aún así a penas sentía que dormía, si antes era poco frecuente salir de mi casa ahora lo es menos, no hay noche en la que no relea nuestras conversaciones y me haga la misma pregunta ¿Qué cambio? ¿Qué nos destruyo?

Una noche en la que ya no podía controlar el mar de mis ojos simplemente lo deje fluir y llore, llore por la rabia de estar pensando en él, pero mientras más pensaba más rabia sentía, pero no hacia él sino hacia mi misma, por lo ingenua que fui, pero eso me hizo más bien del que imagine. Tengo la teoría de que cuando uno llora nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas por las que no se lloro en su debido momento.

"Dejalo que duela, pronto será un recuerdo más" , ese era el mantra del que me sostenía día a día, un poco torpe, lo sé, pero efectivo a la larga. Pase todas las vacaciones con mis esperanzas de que al entrar a la nueva escuela, conoceria personas nuevas, tendría cosas en las que ocupar mi mente y no pensaria más en él, sería el momento de ver el lado positivo de mi mantra.

*****

Lento pero seguro he conseguido, al menos avanzar, con mi cometido, luego de dos meses de pura distracción escolar he conseguido dejar de pensar en Gabriel, al menos no como antes, incluso he conocido a un chico al que le gusto, él no a mi, pero al menos me distraigo. No me juzguen, dime ¿Con qué fuerzas te volverías a enamorar con el corazón roto?, y aunque hay quienes quisieran repararlo, es dificil volver a confiar.

Un día, este chico, me voy a reservar el nombre, me beso, debo admitir que no besaba mal, y me deje llevar. Después de esa ocasión, dicho chico y yo seguimos "frecuentandonos", pero nunca llegamos a algo concreto, porque a pesar de ser buen chico e intentar estar bien conmigo, yo no podía tomarlo en serio, aún así tenemos casi dos meses en esta "relación informal".

Y Ahí Estaba Él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora