Mi vida es un extraño sube y baja de emociones, un día estoy como para llevarme todo lo que se me atraviese y otro día estoy feliz como lombriz, hoy es uno de esos días, llegué temprano al colegio, cosa que no pasa muy a menudo, hable con todo el mundo, y me mandaron a callar varias veces. A la hora del receso me retrase un poco guardando mis cosas, tenía todo regado, y Yady me esperaba, salí tan rápido del aula que choque con alguien -Lo siento -dije riendome porque Yadelin se reía de mí.
-No importa -dijo Gabriel con una sonrisa -Hola -se me acerca y me besa en la mejilla, pero hoy no se me hace extraño.
-Hola!
Ethan se acerca, rodea mi cuello con su brazo -Hola hermosa -me da un beso justo donde me lo dio Gabriel.
-Hola -digo en tono conqueteador.
En las últimas dos semanas Ethan y Gabriel están frecuentandonos mucho a mí y a Yady, o sea, no es algo que me incomode, sino algo que me sorprende. Pero sólo hasta un día en que los roles se invierten y Gabriel se acerca a hablar conmigo y Ethan con Yady, lo que me parece algo extraño -Que raro que no estas hablando con Yadelin. -le digo a Gabriel.
Él mira por encima de su hombro izquierdo, hacia Yadelin y Ethan, -Ella está hablando con Ethan, y yo quiero hablar contigo ¿Te incomoda?
-No, para nada -realmente sí porque me pones nerviosa.
Después de un largo momento de silencio y de miradas incómodas y que me causan mucha risa, Gabriel dice -¿De que te ríes?
-De ti.
-¿Porque de mí?
-Porque me miras así -trató de imitar la cara de idiota con la que me mira y él termina riéndose de mí -ves, hasta a ti te da risa como me miras.
-Yo no miro así. -dice aún riéndose.
-Claro que sí, si yo te estoy viendo, tú no te estas viendo, yo sí.
Él se sigue riendo, sé como hacer reír a un chico, ¡Yupi!
El timbre suena y el receso acaba, en el aula le digo a Yady que tengo ganas de comer helado, ella me dice que me llevará a un lugar donde venden helados cerca de su casa porque en el colegio no venden. Salimos del colegio y vamos por mi helado, nos acompañan Gabriel y otro chico del curso llamado Bill, es super alto, debe medir unos 6'3, y delgado, vamos riéndonos con todas las estupideces que Bill dice, en una cera hay una gotera de la que no me percato y casi me cae una gota de agua sucia encima pero la esquivo, Gabriel por hacerme Bullying me hala del brazo para ponerme debajo de la gotera y que me moje, pero me muevo rápido y quien resulta mojado es él, -¡Ese es el Karma, cariño! -digo victoriosa.
Llegamos a la tienda donde venden el helado, lo compró, y mi hermosa amiga Yady que me adora me acompaña a la estación del tren, como no se puede entrar comiendo le doy la mitad de mi helado. Una vez en el subterráneo el calor me invade, llevo alrededor de 20 a 25 minutos esperando un tren en el que mi pequeña persona no sea aplastada como sardinas en lata y me voy a casa en donde pasa todo rutinariamente, ducha, cena, chateo, y dormir hasta el otro día, luego despertar, desayunar, hacer tareas y alistarme para el colegio, todo siempre igual, nada diferente.
El único lugar donde todo es diferente es el colegio, donde un día estas bien con todos y al otro estas discutiendo hasta con el profesor de matemáticas, simplemente porque le dije que su ecuación estaba mal, pero no es mi culpa que no sepa sumar, ó quizás fue por la manera en que se lo dije, tal ves lo onfendi ¡Ups!, pero, en fin, no sabe que me hizo un favor sacándome del aula, es un profesor de matemáticas mediocre y estoy segura que yo no soy la única que no entiende nada de lo que dice.
Bajo a la cancha y veo al profesor de Educación Física corrigiendo algo, le pido su pelota, él se niega pero después de darle mucha lata me la presta, y me pongo a hacer intentos de tiro libre, me gusta el Basketball pero no sé como se juega, él es quien toca a última hora por lo que no me preocupo mucho por estar fuera del aula.
Luego de un rato baja el profesor con la gente de mi curso, los chicos muy bruscamente me quitan la pelota, me quejo con el profesor pero él hace caso omiso -Profesor me quitaron la pelota, ñaña -dice Gabriel con tono gay intentando imitarme.
-Aunque quieras nunca seras como yo -digo y le saco la lengua, sí, a veces puedo ser muy infantil.
Gabriel, Ethan, Yadelin y yo vamos hacia unos bancos, ellos tres se sientan en el último banco de la fila, y yo cómo estoy más aburrida que de costumbre comienzo a caminar de un banco a otro, hasta que me canso de caminar y comienzo a molestar Gabriel que está escuchando música, le quitó un audífono y me lo pongo, está escuchando 'que vida la mía' de Reik.
-¡Aw! Me encanta esa canción.
-A mi también.
Antes de que acabe la canción el timbre suena y ya nos vamos a casa, voy por mi mochila y me voy, odio caminar sola hacia la estación el tren, pero ni modos no tengo con quien irme, llegó al subterráneo y vuelve la rutina, 40 minutos para llegar a casa, ducha, cena, chateo y dormir, hasta el otro día, donde todo se repite.
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Y Ahí Estaba Él.
Teen Fiction"Sin buscarte te ando encontrando... Especialmente cuando cierro los ojos." Esta no es una historia cualquiera, esta es mi historia, esto fui yo, alguna vez. Autora: Gabriela Mota Alcántara. Derechos reservados.