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Zhao Chen es una persona moderna que murió y cruzó. Incluso si vivió en una era en la que no habían sistemas, ni espacios portátiles, todavía podía saber sobre esto por las novelas, películas, televisión y demás.
Por lo tanto, no se sorprendió por mucho tiempo, y rápidamente soltó la mano de Chen Jiu y explicó: "Debería ser el colgante de jade que bebió mi sangre y la tuya, nos reconoció como los maestros, por lo que estamos vinculados a este espacio".
"Entonces, ¿Cómo vamos a salir?" Chen Jiu preguntó mientras observaba el espacio.
Por alguna razón, el espacio es tan brillante como el día, el tamaño era como había dicho la voz que acababa de aparecer en mi cabeza, sólo había tres partes de tierra, el suelo estaba desnudo, ni siquiera una brizna de hierba, el suelo estaba agrietado por falta de agua y no parece que pueda usarse para cultivar nada.
Hay un muro al final del espacio, con palabras e imágenes.
Chen Jiu no sabía leer, por lo que solo podía reconocer que algunas imágenes eran libros, otros dibujos de cosas que parece que podrían comerse pero que no reconoce, y otras tienen formas tan extrañas que las reconoce aún menos.
Hay palabras en la parte superior de cada imagen y palabras en la parte inferior, pero desafortunadamente no puede entenderlas.
"El espacio está ahora en mi espacio cerebral, y nadie más puede verlo, pero tú eres uno de los maestros del espacio, aunque no puedes verlo, puedes entrar y salir libremente. Cuando estés dentro, piensa en tu mente en salir y el espacio te devolverá automáticamente a donde acabas de entrar. Cuando quieras entrar, simplemente aprieta tu colgante de jade y podrá entrar ".
El colgante de jade absorbió principalmente la sangre de Zhao Chen, por lo que este espacio está dominado por Zhao Chen, y Chen Jiu es el segundo maestro.
Por lo tanto, Zhao Chen recibió mucha información en su mente, y también podía preguntar al servicio de atención al cliente del sistema en su mente que se hace llamar a sí mismo 666 para obtener algunas respuestas. Tan pronto como Chen Jiu le preguntó, le devolvió el colgante de jade y luego le dijo lo que sabía.
Al verlo mirando los patrones con curiosidad, Zhao Chen se acercó a él y se los señaló.
Este muro es en realidad el Centro Comercial espacial del espacio portátil. Las imágenes que aparecen en él son todas las cosas que se pueden comprar en este momento. Estos artículos están claramente marcados con precios. Después de pagar, los artículos comprados aparecerán directamente en el espacio portátil para que los puedan utilizar en cualquier momento.
Es solo que las cosas son bastante caras y lo único barato es el "Manual de usuario del espacio portátil", que solo cuesta diez wen.
Es una pena que Zhao Chen no tenga ni diez wen en este momento.
Chen Jiu escuchó con fascinación, no esperaba que este colgante de jade ocultara un secreto tan grande y al mismo tiempo se sentía extraño.
Si todas estas cosas de la imagen se pueden comprar con dinero, entonces ¿por qué nunca las había visto en su vida anterior?
Poco después de que Chen Ling y Qian Yun dejaron Shuilian Village, se unieron con un noble. Después de eso, a menudo enviaban personas de regreso con cosas a la familia Qian para ser filiales con sus padres, y Chen Ling también enviaba mucho a la familia de Chen.
Esas cosas incluian preciosas joyas de seda, así como algunas cosas nuevas que no son muy caras pero que son difíciles de encontrar en Shuilian Village.
En ese momento, Chen Jiu ya se había casado con la familia Qian como concubina. A la madre de Qian Yun, la señora Jia, le encantaba presumir. No importa lo que Qian Yun y Chen Ling enviaran de vuelta, tenían que lucirse delante de Chen Jiu. Primero alabando a su hijo por su éxito, segundo alabando a Chen Ling por su inteligencia y estilo, que sólo ella era digna del hijo de la familia Qian, y tercero criticando a Chen Jiu por ser un niño bajo y enfermizo, incapaz de ir al salón o a la cocina y no apto para ser esposa.
Chen Jiu recordó claramente que el par de perros enviaron de vuelta cosas que incluían trigo y sorgo del norte, diciendo que querían que los dos ancianos los probaran, y que más tarde, cuando el trabajo del noble terminara, los llevarían a la capital para que disfrutaran de las bendiciones.
Toda la comida habitual del norte fue devuelta, así que ¿Cómo puede aparecer todo esto en la imagen?
Chen Jiu no podía entenderlo.
Pero los acontecimientos de su vida pasada habían terminado para él, y es inútil pensar en ello. Mientras este espacio, que podía llevar consigo en esta vida, no cayera en manos de ese par de perros, sería un resultado muy bueno para él.
De hecho, más que lo que ocurrió en su vida anterior cuando ese par de perros que consiguieron el colgante de jade, lo que Chen Jiu se preguntó fue:
"¿Tú, sabes leer?" Mirando de reojo a la persona confiada y tranquila a su lado, con una mirada de sorpresa.
"Uh, eso..." Zhao Chen tuvo un raro momento de vacilación.
Después de reflexionar un rato, decidió confesar.
Ahora tienen un secreto en común. Y acababa de preguntar al sistema mientras se lo presentaba a Chen Jiu. Se enteró de que este espacio estaba unido a los dos. Mientras no esté muerto, no puede devolver el espacio a Chen Jiu.
Y como Chen Jiu es el propietario del colgante de jade, naturalmente, tiene derecho a usar el espacio. No tiene derecho a disolver la relación de Chen Jiu con el espacio.
Así que, si no pasa nada, los dos están unidos por este espacio para el resto de sus vidas.
Incluso si no son marido y mujer, serán amigos cercanos y socios.
Para facilitar las cosas en el futuro y aumentar la confianza mutua, es mejor ser franco.
"Eso, yo..." Zhao Chen estaba a punto de hablar, pero de repente escuchó voces hablando, y alguien mencionó vagamente al hermano Jiu.
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Wen: es una unidad monetaria que se refiere a una moneda de cobre. Unidad monetaria más pequeña en la antigüedad.
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Ger renacido
FantasyNombre original: No es fácil meterse con el Ger renacido (Agricultura) Autor: 昃起 Zhan Qi Capítulos: 246 (Completo) Sinopsis: Sólo al morir, Chen Jiu se dio cuenta de que su corta vida era una broma diseñada por ese par de perros. En su renacimiento...