Antología del horror (Bakudeku scaryweek 2022)

Besos de sangre, parte II

Parte II.

Aún era de noche, la luna estaba en su punto más alto y las habitaciones se habían puesto un poco frías, la fiesta había terminado, ya no había luz ni música en el castillo, por eso, fue perfectamente audible para todos, el desgarrador grito de una mujer en plena madrugada.

Asustados, salieron de la cama de inmediato y ambos corrieron a ver qué sucedía, apenas salieron de la habitación, se encontraron con los sirvientes inundando el pasillo. A pesar de la multitud pudieron verlos a ambos, Jiro lloraba desconsolada, tirada en medio del pasillo con Denki entre sus brazos, había sangre por todos lados, en la piel pálida de él, en el pijama de ella, fue una escena terrible. Salieron sin dudar, no iban a quedarse mirando, tenían que ayudar, sin embargo, los sirvientes no se los permitieron, los regresaron a ambos a la habitación y los obligaron a quedarse ahí el resto de la noche. No pudieron saber cómo Jiro y Denki fueron sacados del castillo y llevados a la ciudad más lejana, tampoco pudieron preguntarles qué demonios había pasado.

Muchas preguntas y ninguna respuesta. Por la mañana, cuando Katsuki intentó entrar a esa página para rentar un par de caballos que consiguió de Jiro, fue terrible descubrir que el sitio simplemente había desaparecido, demasiado extraño para ser una simple coincidencia, pero no podía quedarse pensando sin más, tenía que tomar acción, por eso, regresaría al pueblo e intentaría conseguir una forma de volver a esa otra ciudad.

En ese castillo fueron tratados como la nobleza, los sirvientes los atendía en todo y se preocupaban por ellos, si tenían ropa limpia, si habían comido; a pesar de esa amabilidad, nadie quiso hablar sobre lo sucedido en la noche.

A media mañana, cuando estaban preparándose para salir a la ciudad, el duque fue hasta su habitación a invitarlos a una especie de espectáculo que se daría para sus invitados, debido a su amabilidad, Izuku creyó que sería descortés rechazarlo, además, sentía cierta curiosidad, ahora que había podido conocer un poco más al duque.

A pesar del obvio fastidio de Katsuki, ambos terminaron moviéndose entre las filas de asientos en el inmenso teatro que poseía el castillo. Uno de los sirvientes los había guiado hasta la primera fila, donde en el centro, había un asiento que destacaba sobre los demás, algo más parecido a un trono, de cómodos cojines y detalles de oro, era obvio a quién pertenecía ese lugar.

El duque entró primero, tomando su lugar en ese peculiar asiento, cuando Izuku pasó frente a él, el elegante hombre le sonrió, palmeando un asiento a su lado, una clara invitación a que se sentara ahí. Izuku terminó tomando ese lugar cuando el duque sujetó su mano y comenzó una agradable conversación sobre un par de novelas góticas, de las cuales, Izuku había mencionado algo en la fiesta.
Katsuki avanzó pareciendo ajeno a la conversación, pero en cuanto se sentó a la derecha de Izuku hizo su jugada, tomó a su novio por la cintura y lo puso de pie, guiándolo para que se sentara sobre sus piernas, dejando junto al duque un asiento vacío. El hombre rió divertido, siguiendo con su conversación.

Mientras ellos hablaban sobre novelas y escritores, Katsuki se perdió navegando en internet, necesitaba una forma de sacar a Izuku de ese lugar.

Las luces se apagaron y la música de tonos lúgubres resonó, una combinación de piano y violín, hermoso, pero inquietante, entonces la función comenzó, una formación de diez bellas bailarinas de ballet salieron al escenario, siguiendo las notas con movimientos perfectos, un espectáculo maravilloso, hipnotizante. Todos los ojos del teatro estaban puestos sobre ellas, sobre sus movimientos imposibles, sobre sus bellos vestuarios. El silencio en la oscuridad donde yacían los espectadores y la música inundando el escenario donde ellas danzaban, simplemente, sublime.

—Parecen estar sufriendo —mencionó Izuku sin apartar la mirada.

Y así era, a pesar de los hermosos vestidos y el delicado maquillaje, en sus rostros había plasmado dolor y sufrimiento.