Antología del horror (Bakudeku scaryweek 2022)

Día IV. Five Nights at Freddy's

Rápidamente:
Esto es un corto fic omegaverse, no trataré los ciclos de celo ni nada por el estilo, solo denle una oportunidad.

...yo quería escribir algo que diera miedo, no algo que me hiciera llorar :'), pero esto fue lo que resultó y me gustó, aunque me duela. Espero que lo disfruten.

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Suspiró frustrado una vez más, ese día más que nunca odió el tráfico, si bien iba tarde a la fastidiosa reunión de último minuto, eso no era lo que lo tenía tan de mal humor. Lo jodido, era que después de meses de incesante trabajo por fin había conseguido un día para pasarlo con su omega y sus pequeños. Izuku había estado semanas buscando una reservación para la reapertura de ese restaurante en la ciudad, los animatrónicos y toda la temática tenían fascinados a los niños. Se había emocionado por al fin tener una tarde con su familia, pero por culpa de los bastardos de sus jefes tenía que ir a la oficina, si no tuviera personas a las cuales proteger, golpearía a esos imbéciles y renunciaría.

Aunque Izuku había dicho que estaba bien, pudo notar su mirada triste y sus feromonas algo amargas, y a pesar de eso, su omega se esmeró en tener su traje listo y además preparar a los pequeños.
Natsuki, Hideki e Iku viajaban en la parte trasera del auto, hablando sobre lo divertido que sería conocer la nueva pizzería. Izuku intentaba tranquilizar los agitados nervios de su alfa con su aroma y ocasionalmente acariciaba su mano con cariño, cuando paraban en algún semáforo.

Después de conducir por las abarrotadas calles al fin llegaron, aunque Izuku se preocupó porque llegaría tarde al trabajo, él insistió en al menos acompañarlos hasta la entrada del local.

—Háganle caso a mamá, pórtense bien y cuídenlo —dijo suave, dejando un tierno beso en la frente de sus tres pequeños.

—Puedo cuidarme solo Kacchan —dijo el pecoso con una leve risa—. Y no te preocupes, llamaré un taxi cuando salgamos, ¿está bien?

—Envíame un mensaje cuando se vayan y cuando lleguen a casa. Intentaré llegar lo más temprano posible, lo prometo.

Desesperado sacó su teléfono, su jefe estaba llamándolo de nuevo. Izuku apartó el teléfono y lo envolvió entre sus brazos, calmándolo con su aroma a jazmín.

—Vamos a estar bien Kacchan, y cuando llegues a casa podremos cenar juntos —arrulló con voz suave. Acto seguido lo beso con ternura, poniendo en orden su corbata. —Que te vaya bien en el trabajo amor.

Katsuki lo sujetó por las mejillas y devolvió el beso.

—Diviértete Deku —dijo mirándolo con amor.

Se quedó de pie frente al local, viendo a su familia desaparecer tras las enormes puertas de cristal.

—Es una hermosa familia —dijo el guardia que cuidaba la entrada, sonriéndole.

—Gracias —respondió de forma educada, para luego marcharse a su molesta reunión.

El hombre tenía razón, su familia era hermosa, y cuando pasara esa molesta reunión podría reunirse con ellos, cenar algo delicioso cocinado por su omega y acurrucarse con sus pequeños a escuchar lo mucho que se habían divertido. Con ese pensamiento puso en marcha el auto, y se alejó del lugar.

A veces el destino es cruel, y la vida injusta. Esa tarde de verano, más de una familia vivirían un  infierno.

Las malas noticias vuelan, los rumores en la oficina sobre la tragedia crecieron rápido, más aún, cuando se empezó a correr el rumor sobre que la familia de uno de los altos mandos se hallaba en el lugar donde sucedió todo.