La pequeña caja de deseos de Pelusa, la gata de Spreen. Pelusa no es sólo una simple gata, es bastante inteligente.. lo suficiente para notar la tristeza de la mayoría de los integrantes de Tortillaland (2). En especial la tristeza de su dueño, que...
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Esta historia es inspirada en animatic llamado "Wish Box - Au Sanses". Créditos a DarkFluffyDragon en YouTube.
Esta historia PORFAVOR no se la envíen a los creadores- me da penita si llegan a ser molestados por que alguien le mando esto. No hay 18+ aquí. Capaz cosas subidas de tono.. levemente gore.
Se shipean los cubitos no los Stremers/Youtubers.
Eso es todo, empezamos
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[Narrador Omnicente]
Pelusa, la bella gata blanca de Spreen, el empresario híbrido de la isla naranja. A pesar de ser alguien de carácter fuerte y muy egocéntrico a los ojos de las demás personas, resulta ser alguien bastante inseguro y empatico, con varias inseguridades.. Pero con un corazón de oso lleno de ganas de pedir un abrazo. Pelusa sabe.. Pelusa lo ayudará y no sólo a su dueño.
Pero, no nos adeltantemos a este hecho. Mejor veamos como es que nuestro híbrido conoció a lo que seria su mejor amiga gatuna.
Era un día por la tarde, Spreen había salido a buscar un poco de cemento para su futura polleria, estaba bastante emocionado (por dentro) de poner todas las ideas locas que tenía en su increíble construcción, aunque todo tiene un precio, tiene que buscar muchos materiales el sólo.
Podría pedir ayuda a la gente de su isla, pero era demaciado orgulloso como para hacerlo, más alla que le gustaba ver como su esfuerzo hace grandes frutos por su cuenta. Esa tarde, apenas había terminado de aplanar todo el terreno que iba a utilizar y ahora le faltaba cemento para las paredes e pisos. Salió en busca del mineral pero termino escuchando un débil maullido felino, al principio Spreen no sabía de donde venía, paro sus orejas en alto e miro a sus alrededores.
- ¿De donde viene? -Pensó en voz alta mientras buscaba el proveniente de ese débil maullido que de a poco se hacía más y mas debil.
Esto lo desesperaba, no había cosa que más le de desesperación que los animales sufriendo o en apuros. Era como una debilidad, era bastate sensible al escucharlos sufrir.
