Capítulo 04 Las secretarias de Julieta

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Las cuatro mujeres entraron a una oficina mientras acomodaban sus cosas.

No puedo ir a recoger las cartas -dijo la mujer algo mayor con cabello negro y ojos rojos.

Mañana no puedo, o llegare tarde al hospital -hablo una joven mientras jalaba su silla para centrarse.

Todas se sentaron comenzando a agarrar varias cartas de la canasta.

¿Cuál es el problema? -dijo una de las mujeres.

Claro, no hay problema. Solo apúrate, las anotaciones son mías -exclamo una pelirroja pasando las cartas

Sakura entro despacio a la habitación y toco un vidrio para que las cuatro mujeres le prestaran atención lo cual logro.

Disculpen -dijo nerviosa Sakura.

¡Gracias a dios! -exclamo la rubia con un tono de alivio se levanto y se acerco a Sakura- Toma la canasta y... Come se dice? Ataca

Ataca -repitió Sakura confundida.

¿Eres la traductora de la oficina de empleos? -pregunto la rubia viendo la cara de confusión que tenía Sakura.

No, es decir... -intento decir Sakura.

Te hemos esperado dos semanas -dijo la rubia.

No, lo siento, te equivocas. Mi nombre es Sakura Haruno, solo te estaba siguiendo -comentó ella apenada- Te vi tomar las cartas de aquel muro, y me preguntaba por que

¿Por qué? ¡Ah! Eres escritora -pregunto la rubia y se respondía ella misma al ver el cuaderno que tenía Sakura en la mano.

Si, soy... Escritora -le confirmo Sakura- A eso me dedico

Es escritora -dijo la rubia hablando con las otras mujeres y todas dijeron algunas palabras de alegría hacia Sakura que tenía una sonrisa.

Ven. Te muestro -dijo la rubia alegremente y llevo a Sakura hacia una ventana desde donde se podía observar la entrada de la casa de Julieta- Vienen de todas las partes del mundo a diario

Pero llevarse sus cartas... ¿No es algo incorrecto? -comentó Sakura confundida.

¿Entonces quién les respondería? -digo, devolviendo la pregunta. Sakura volteo a la mesa donde estaban las tres mujeres leyendo o respondiendo las cartas

¡Ah! Claro ustedes les responde -dijo comprendiendo el porque ella se llevaba las cartas.

-asintió con la cabeza mientras lo decía con mucha alegría

¿Todas son Julieta? -pregunto Sakura.

Sus secretarias -contesto la rubia con una sonrisa, acercándose a la mesa- Ella es Mei Terumi lleva casada con el mismo hombre treinta años se encarga de problemas maritales

Los esposos son como el vino tardan tiempo en madurar -dijo una mujer que a pesar de la edad era muy hermosa de figura delgada, tiene el cabello castaño rojizo con un moño atado con una banda de color azul oscuro.

Shizune es enfermera, se encarga de enfermedades y pérdidas -señalo la rubia a una mujer joven con el cabello corto y lacio de color oscuro, con ojos del mismo color. Esta sonrió y asintió con la cabeza a manera de saludo- Y Kurenai -dijo dando un gran suspiro.

¿Por qué suspiras cuando dices mi nombre? -pregunto la mujer de cabello negro y largo, con ojos de color rojo.

Tiene doce hijos, veintinueve nietos y dieciséis bisnietos -comentó haciendo que Sakura abriera los ojos sorprendida por lo que acaba de escuchar- Ella contesta todo tipo de cartas

¿Y tú? -pregunto Sakura a la rubia.

Tsunade responde las que son casi ilegibles -comentó Shizune le pasaban una carta a Sakura casi no se podía leer por las lágrimas que había caído a la carta.

Problemas entre amantes, rompimientos y corazones rotos -comentó Tsunade agarrando la carta que le había pasado a Sakura- Alguien tiene que hacerlo

¡Vengan a la mesa! -se escuchó un grito proveniente del piso inferior.

Esa es mi madre, ¿Quieres quedarte a cenar Sakura? -preguntó mientras íbamos bajando y sentándonos en una de las mesas.

Lo siento, no puedo -respondió Sakura apenada.

En eso la mama de Tsunade comienza a hablar gesticulando exageradamente con las manos.

Mama, esto no es un insulto -trató de explicar Tsunade a su madre.

¡¿Qué no es un insulto?, preparo un bocadillo delicioso que podría ser suficiente para toda la ciudad y ella dice que no -exclamó horrorizada la madre de Tsunade.

Me encantaría quedarme y acompañarlas, pero me tengo que ir -dijo Sakura disculpándose.

Ese es el problema de los jóvenes de ahora, siempre corriendo a diario -llamando la atención como una niña pequeña.

Por favor, mama -dijo Tsunade apenada.

Tengo que encontrarme con mi prometido -dijo Sakura de manera conciliadora para que la señora la comprendiera.

¿Prometido? -exclamó emocionada.

Tiene un prometido -dijo Tsunade con felicidad.

Qué puedo decir -dijo Sakura apenada.

Felicidades -dijo la mama de Tsunade y fue hasta la cocina trayendo un paquete- Aunque sea llévale un poster para ti y tu novio

Grazie. Buenas noches -dijo Sakura aceptando el postre- Ciao

¡Ciao! -se despidieron todas.

Sakura se fue y cuando entro a la habitación Sasori ya estaba en la cama.

Hola, hola. Hice ciento veinte kilómetros de ida y vuelta, ¿Y llegué primero? -preguntó Sasori levantándose de la cama y beso en los labios a Sakura.

Felicidades -dijo abrazándolo.

¿Qué? ¿Qué tal estuvo Verona sin mí? -pregunto Sasori deshaciendo el abrazo y mientras Sakura se sentaba en la cama- ¿Vacía? ¿Medio vacía? ¿Completamente vacía?

Medio vacía -le respondió Sakura dándole por su lado- Conocí a las secretarias de Julieta

¿Julieta? -repitió Sasori confundió- ¿Julieta Capuleto?

-comentó Sakura- Hay unas mujeres que se hacen llamar las secretarias de Julieta, responde las cartas que la gente le escribe a Julieta y esas secretarias -contaba mientras que mientras Sasori solo asentía con la cabeza y luego se puso a olfatear el aire de la habitación, lo cual le pareció muy extraño, al parecer cuando determino de donde provenía el olor que captó su atención- Trabajan para la ciudad de Verona y todas esas mujeres viene a Verona a escribir cartas y dejarlas en el muro y...

¿Qué hay en la bolsa? -pregunto interrumpiendo a Sakura mientras señalaba la bolsa que le dio la mama de Tsunade.

Mmm... No sé -contesto ella, así que siguió con su relato- Así que ponen las cartas en un muro del patio de Julieta y las secretarias van ahí a tomarlas y se las llevan en una canasta a diario. Después responden como Julieta todas las cartas que tienen remitente escrito. Ese es su trabajo, de verdad es increíble, es su pasión, es lo que hace a diario, en realidad trabajan todo el día sin falta... -contaba Sakura emocionaba mientras Sasori terminaba de sacar lo que haya habido en la bolsa mientras me miraba, respondía con aja, luego comió y saboreo el contenido de la bolsa e interrumpió.

Mmm... No puede ser Saku, ¡Esto es increíble! -dijo totalmente embelesado levantando las manos en señal de victoria- Está increíble y delicioso ¡Pruébalo! Dale una mordida -dijo y Sakura solo rio y probo el poster- Pero una buena mordida amor -dijo volviendo a ofrecerle Y Sakura mordió más del poster.

Cartas a JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora