Destruyeme

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Capítulo 8. TODOS ME MIRAN

Comida era lo único en lo que podía pensar Tyler en este momento. Después de ver la mirada de tristeza reflejada en los hermosos ojos cafés de Cassie, bueno, había sentido la necesidad de hacerla sonreír.

La mayoría de la gente creía que Tyler era un estúpido bad boy sin cerebro, y posiblemente antes de la muerte de su madre lo había sido, pero ya no. No más. Y aunque no lo era la gente a su alrededor seguía creyendo que sí, era como si no se dieran cuenta que una chamarra de cuero, una motocicleta y un par de tatuajes no hacían la diferencia entre una persona con un suéter de punta, libros de ciencia y lentes. Era algo idiota.

Entro al baño para cepillarse los dientes con un cepillo barato que habían comprado en el supermercado ayer. Cuando salió vio a Cassie sentada en la cama, necesitan ir por algo de ropa, lo más barato, por supuesto. Llevaban 3 días utilizando lo mismo, era algo incómodo y sucio.

Cassie se levantó de la cama en cuanto lo vio.

— ¿A dónde iremos? Es tarde y tengo hambre.

— Podemos vagar hasta encontrar un buen lugar para comer... —pensó que Cassie se negaría, pero acepto dócilmente, odiaba verla así.

Salieron de la posada despidiéndose del hombre en la recepción.

A Cassie comenzaba a chocarle un poco el hecho de ir caminando a todas partes para ahorrar unos centavos. Tenían dinero suficiente pero no sabían cuánto estarían aquí, Cassie esperaba al igual que Tyler que un par de días más bastaran.

No hablaron mucho durante el camino. Cassie realmente no quería hablar ni con Tyler ni con nadie y se había sorprendido cuando él no había intentado entablar una conversación, se preguntaba si tal mal se veía.

Cuando estaban ya muy hambrientos y muy cansado decidieron entrar en el primer restaurante a su paso.

Era un lugar amplio de paredes amarillas y hermosas flores en cada mesa, a pesar de eso no parecía ser un lugar muy caro. En la entrada había un letrero que posiblemente mostraba el menú del día.

Tyler le ayudo a Cassie con su silla, luego se sentó él frene a Cassie.

— Ciao, io posso offrire qualcosa? —ambos chicos se miraron sin entender una sola palabra de lo que el mesero que había llegado decía.

— No hablamos italiano —dijo Tyler al mesero.

— Oh. —ambos chicos supusieron que el mesero no entendió nada de lo que Tyler dijo. Hizo un gesto con la mano indicándoles que esperaran y luego se fue, siendo reemplazado por otro mesero que si hablaba su idioma.

Comieron la especialidad del día que resulto ser Gulash, Cassie no sabía si realmente el Gulash era italiano, pero estaba muy bueno.

En el transcurso de la comida el ánimo de Cassie había mejorado y el hambre de Tyler disminuido, ambos estaba felices, charlando sobre cualquier cosa que les pasara por la mente.

Frente a ellos paso una familia; una niñita y sus padres. La niña llevaba un hermoso vestido azul de Cinderella y una tiara.

— Yo quería ver la película —dijo Cassie inconscientemente.

— ¿Cuál? —pregunto Tyler mientras tomaba un sorbo de soda.

Cassie parpadeo como si se hubiera olvidado de él. Luego sonrió de nuevo.

— Cinderella. —Tyler empezó a reír y se comenzó a ahogar con su soda, Cassie se levantó de inmediato y le dio unas palmaditas en la espalda hasta que él dejo de toser. Aun así siguió riendo— Deja de reírte, ¿quieres?