three !

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La mente de Jeongin dejó de funcionar al escuchar las palabras del menor, él podía hechar a perder su hermosa vida de casado y pecar con él hijo de la amiga de su esposa, podía hacer eso.

"¿Estás seguro, Jeongin? Te llevo años conquistar a Yuna"

Jeongin frunció el ceño, alejándose un poco, mirando el rostro del menor, este lo miraba de una forma penetrante, oscura, deseo, y eso simplemente hizo que un fuerte escalofrío recorriera por su vientre.

Nadie lo había mirado así antes.

Y le gustaba, sentía tanta adrenalina, quería probar al menor, pero también estaba asustado, él siempre había sido un hombre de bien, honesto, que detestaba las infidelidades, y aquí estaba, queriendo restregarse contra el miembro de un adolescente. No sabía qué hacer.

— No sé...

Hyunjin sonrió, no sabía si el mayor se miraba tierno o sensual con ese lindo sonrojo y sus ojos húmedos, paso sus manos por sus mejillas, acariciando la suave piel, riendo un poco cuando el rubio cerró sus ojos, acercándose más al toque.

— Te digo la verdad cuando esa bruja que esta con mi madre no merece a alguien tan puro como tú — murmuro, acercando su boca al cuello del mayor, dejando lentos besos húmedos.

Jeongin poso sus manos en los hombros contrarios, suspirando por sentir la lengua recorrer de su cuello a sus clavículas. Fue ahí cuando Jeongin sintió su miembro totalmente erecto.

— Hwang, corrómpeme.

Hyunjin sonrió, agarrando fuertemente el mentón del rubio para pegar sus bocas en un beso rudo, beso que Hyunjin controlaba y que Jeongin intentaba seguirle el ritmo.

Era la gloria estar besando los labios del bonito rubio, su lengua y la contraria se encontraron, danzando entre ellas, conectando de una manera tan placentera, las manos de Hyunjin bajaron al trasero del mayor, apretando y estrujando duramente.

Jeongin fue el primero que se separó, con la respiración agitada, mirando al pelinegro sorprendido, había sido un beso increíble. Hyunjin le dejó un casto beso, llevando sus manos a la cremallera de Jeongin, bajándola para poder ver el bóxer negro del mayor.

Metió su mano por debajo de la ropa interior, y Jeongin juro tener espasmos cuando la mano de Hwang tuvo contacto con su miembro, el placer y la adrenalina de estar cometiendo algo malo corrían por sus venas, echó su cabeza hacia atrás, mientras dejaba que el pelinegro lo masturbaba. Mordió fuertemente su labio inferior cuando el menor desabotono los tres primeros botones de su blanca camisa, dejando a la vista esos bonitos botoncitos parados, Hyunjin acerco su boca a uno de ellos, comenzando a chuparlo, acompañado de algunas mordidas que hacían querer gemir en alto al rubio, por obvias razones eso no se podía.

Pero a Hyunjin le daba igual si la esposa del bonito rubio bajara ahora mismo, así ella podría ver como su querido esposo se está entregando a él.

— Mgh, Hyu-hyunjin...

Las tímidas manos de Jeongin viajaron hasta el miembro contrario, tocando sobre la ropa el gran y chorreante bulto que se encontraba, Hyunjin gruño al sentir el vaivén que el mayor hacía.

— Vamos, cosita, con confianza, esto que estas tocando te pertenece — Jeongin se sonrojó, haciéndole caso al pelinegro, comenzando a apretar y mover su mano de una manera más ruda, mientras Hyunjin se encargaba de estimular lo suficiente los bonitos botoncitos rosas del rubio, Jeongin era simplemente un desastre de bajitos gemidos.

Y justo cuando Hyunjin estaba a punto de aventar al rubio contra el sofá, se escuchó como abrían la puerta de la habitación en donde se encontraban las mujeres.

Ambos se voltearon a ver, Jeongin asustado y Hyunjin sonriendo, el mayor se levantó rápidamente del regazo contrario, comenzando a acomodar su ropa, sentándose lo más alejado posible del pelinegro. Hyunjin rió divertido por lo asustado que se encontraba su bella cosita, él simplemente agarró uno de los cojines del sofá, colocándolo en sus piernas para tapar su bulto.

Miro a Jeongin colocar algo en Netflix al azar, y acomodarse en el sofá.

Las mujeres finalmente llegaron, Yeji se sorprendió al ver a su hijo en la sala, ambas se acercaron a la sala.

— Pensé que te irías, cariño — habló su madre, sentándose en el sofá más pequeño.

— Sí, él me dijo que tenía pensado llevarme, pero ya no le alcanzaba el tiempo, además, el señor Yang y yo hemos hecho buena plática — la mujer sonrió, mirando a la pareja que estaba frente a ella.

— Innie, amor, ¿estás bien? — preguntó Yuna, el rubio la volteo a ver confundido, asintiendo un par de veces a su pregunta.

— Estoy bien, ¿por qué preguntas?

— Es que como estás viendo Molang, por eso la pregunta, digo, no es algo que tu veas.

Jeongin miro sorprendido la tv, viendo que efectivamente había puesto un capítulo de la animación, nervioso apunto acusadoramente al pelinegro.

— Él la quería ver — Hyunjin alzó una de sus cejas, negando divertidamente.

— Vamos, señor Yang, usted fue el que emocionadamente lo puso, que quería ver a un tal Piu-Piu — le explicó a las mujeres, quien muy extrañadas asintieron, Jeongin solo tapó su rostro, sintiéndose apenado.

Después del momento incómodo, las mujeres siguieron platicando entre ellas, metiendo en algunas partes a Jeongin, Hyunjin se dedicaba a observar al hombre que estaba a unos metros de él.

Se miraba tan masculino, pero a la vez se miraba como un lindo bebé, tímido, y cariñoso, era una combinación entre el estereotipo masculino y femenino.

Jeongin lo volteó a ver, había sentido la pesada mirada del menor. Hyunjin le hizo una seña de teléfono al mayor, y este lo entendió. El rubio disimuladamente se paró del sofá, desapareciendo por las escaleras.

Volvió un par de minutos después, y cuando paso al lado del pelinegro, le dejó caer un pequeño papel, Hyunjin sonrió de lado, levantándolo rápidamente. En este se encontraba el número del mayor, junto a un pequeño corazón. Lo aguardo en la bolsa de su pantalón, ante la atenta mirada de Jeongin, el pelinegro solo le guiñó el ojo, haciendo que el contrario se sonrojara y apartara la mirada.

Desafortunadamente para Hyunjin, era hora de regresar a casa, su padre se encontraba estacionado en la puerta, la madre del pelinegro se despedía felizmente de su amiga, agradeciéndole haberla invitado.

— Mi esposo cumple años la semana que viene, siempre hacemos una pequeña cena con la familia cercana, así que allá te espero — las mujeres chillaron emocionadas, saliendo de la casa, olvidándose de Hyunjin y Jeongin que se encontraban junto a ellas.

Hyunjin volteó a ver al rubio con una sonrisa.

— Al parecer nos vamos a ver muy pronto, cosita — murmuro, Jeongin se alejó un poco, temiendo que su esposa entrara de nuevo a la casa.

— Lo escuché...

— Vamos, cosita, despídete de tu papi — el rubio lo miro sorprendido, no creyendo lo que acababa de escuchar.

— Jamás te voy a decir papi.

— Lo acabas de decir — el menor lo miro con diversión.

— Pero no en la manera en la que lo quieres escuchar — esta vez fue Jeongin quien sonrió un poco. Hyunjin rió.

— ¡Hyunjin! ¡Vámonos! — se escuchó el grito de su madre desde afuera.

Hyunjin rodó los ojos, acercándose al mayor para dejarle un beso rápido, Jeongin jadeo de la sorpresa, saliendo de la casa rápidamente después de que el menor se separara.

Él también salió, susurrando un "nos vemos, cosita" al mayor cuando paso a su lado. Se subió al auto ignorando a la amiga de su madre, diciéndole un rápido adiós con la mano al rubio.

Jeongin solo miró como el carro se hacía pequeño cada vez que avanzaba, entro a la casa con su esposa, sintiendo nuevamente el aura aburrida. Ya extrañaba al atrevido pelinegro, y sonrió en grande al recibir un mensaje a su celular.

— Hola cosita — leyó, sintiéndose de repente emocionado, era él.

mom's friend › hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora