La Élite de las Mujeres

Cleopatra.

¡Atención! van a ver muchos errores históricos que me podréis corregir

¡Ah! Y en el caso de que alguien quiera copiar mi idea (que no lo creo) que sepa que tengo todos los derechos de autor reservados, así que se vaya a freír esparragos.

CLEOPATRA

Se levantó de la cama con sobresalto i rapidez mientras su reflejo de una niña de 12 años aparentaba 15 que se reflejaba en el brillante suelo, no era tan guapa como la describían con esos ojos saltones y esa narizota pero era hermosa y sobretodo tenía algo que cautibaba a los hombres.

Sus damas la rodearon con nerviosismo, todas ellas y Cleopatra se habían quedado dormidas y tendrían poco tiempo para ir a la famosa Biblioteca de Alejandría a Estudiar.

- ¿Cómo es posible que todas nos hayamos quedados dormidas?- suspiró la joven princesa mientras sus damas agarraban el maquillaje, ropa, perfume...para que ella se arreglara.

En ese momento Cleopatra no era conciente de que su padre pronto se exiliaria aunque estaba muy consiente de la situación entre Roma i Egipto.

- Será algo que habremos comido- una de sus damas le cepillaba su melena castaña natural mientras hablaba.

- Bueno, iros, por favor- dijo la princesa- ya me  vestiré sola.

A Cleopatra le gustaba sentirse independiente.

Y las damas obedecieron... no debieron hacerlo. Cleopatra se vistió i se disponía a irse.

Pero de pronto todo su mundo cambio, la puerta de sus aposentos se abrió de repente i una mujer alta i esvelta con una larga melena rubia que parecía teñida que llevaba un sombrero negro como su largo vestido apareció en la puerta. Iba acompañada por hombres i mujeres de negro armados.

Obviamente la joven Cleopatra no entendió nada de nada del aspecto y extrañas armas de las personas que la apuntaban.

- Bueno, bueno, bueno- dijo la mujer con sorna acercandose mientras la pobre Cleopatra retrocedía- ¿Qué tenemos aquí?

De pronto, por la otra puerta apareció una mujer castaña con un gran lunar por sobre el labio que empuñaba una arma junto otras personas. También tenían pistolas y su ropa era negra (menos la mujer del lunar que llevaba un despanpanante vestido rojo pasión) pero parecían más amables.

- No- susurró la mujer castaña- no dejaré que te la lleves, ella tiene un destino. Debe venir conmigo, como indica la profecía.

- Yo la voy a hacer grande, como su futuro- sonrió con tristesa la elegante rubia- A la mierda la profecía. Sabes perfectamente que una otra  profecía que todos conocemos acabó con nuestros futuros. La haré grande, fuerte y una gran aliada para mi como he hecho con otros.

- ¿Pero a que precio, compañera?- la mujer castaña se acerco junto a dos mujeres de su grupo que llevaban ametralladoras- No puedes cambiar la historia.

- Sabes perfectamente que mi objetivo no es cambiar la historia,  Nay- dijo con un viejo cariño.

- Pero será una de las consecuencias colaterrales de lo que quieres- La llamada Nay parecía suplicar con la mirada a la del sombrero.

Por un momento, estuvieron en silencio mirandose a los ojos hasta que las dos gritaron "Atacar" y Nay agarró de la cintura a Cleopatra mientras en sus aposentos se creaba una batalla campal de balas y puñetazos. Las mujeres de las ametralladora disparaban protegiendolas.

- Miráme-dijo la mujer con una expresión seria agarrando su cara- Serás una gran mujer en la historia e intentaran matarte muchas veces, tanto personas de tus tiempos como las personas de otras épocas hasta el 2022.

- ¿El qué?- dijo Cleopatra sin entender nada, desde pequeña le habían dicho que tendría un gran futuro pero ella sabía que quizá no llegara a nada más que una princesa egipcía perdida en la historia.

- Coje esto- le ofreció tocar una cuerda que y cuando lo hizo de repente todo se volvió negro.