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- ¿John? -
- ¿Qué pasa Paul? -
- No tienes el presentimiento de que alguien te observa? -
- ¿Ahora? - Miró a sus alrededores - Ahora no siento que alguien me observé -
- No me refiero a ahora, me refiero a cualquier ocasión, en cualquier otro momento -
- Mmm, no, nunca lo he sentido -
- ¿Seguro? -
- Estoy seguro - Dijo reafirmando lo dicho - ¿A qué va la pregunta? -
- No, no es nada - McCartney decidió que lo mejor sería no contarle a nadie hasta que esas notas fueran más constantes.

...

“Querido Paul:
Aún no puedo creer que esté haciendo la locura de enviarte notas, siento miedo de ser descubierta, ya sea por algún vecino o incluso por ti.
El olor de tu perfume inundaba la calle entera, fue magnífico apreciar al joven McCartney está mañana, con su smoking negro, y su tabaco en mano, parecía un ser angelical.
Atte. A
P.D Compré otra marca de tabacos, espero sean de tu agrado.”

De nuevo otra nota en mi puerta, justo iba pasando el cartero frente a mi vivienda, me acerqué y le dije:
- ¿Usted entrego esto? - Mostré el sobre.
Negó con su cabeza.
Agradecí y volví a entrar a mi casa.
Era bastante perturbador pensar que en cualquier momento esa chica podría estar observándome, ésto me volvería loco, inmediatamente corrí a cerrar todas las persianas, cerré la puerta con llave, y volví a sentarme en el sofá.

- ¿Quién eres? - Murmuré dejando la nota sobre la mesa - Bueno, al menos ahora se que vivimos en la misma calle, pero eso no me da la respuesta, hay bastantes chicas en está calle como para no equivocarme con alguna de ellas - Encendí uno de los cigarrillos que venían con la nota - ¡Y AHORA DEBO DE PARECER UN TONTO HABLANDO SOLO! -

...

Desperté más temprano de lo habitual, quería toparme con la persona que dejaba esas notas.
El reloj marcaba las 8:00 a.m.
estaba seguro de que durante los próximos siete minutos estaría alguien en mi puerta.
Baje y me senté sobre el sofá a esperar.
Justo eran las 8:07 a.m. y tocaron mi puerta, me apresuré a abrir, al abrir la puerta de nuevo solo estaba la nota junto con los cigarrillos, mire a mis alrededores, pero no había nadie, absolutamente nadie. Tomé la nota y los cigarrillos, mire de nuevo a todos lados, pero nada, ni siquiera alguien escondiéndose tras los arbustos.

- ¡Eres lista! - Grité para después cerrar la puerta.

- Y ahora? ¿Qué escribiste? - Abrí la carta y comencé a leer.

“Querido Paul:
Anoche soñé contigo, soñé que te abrazaba, soñé que caminábamos juntos, bajo una hermosa luna llena, lastima que solo fue un sueño.
¿Qué se sentirá un abrazo tuyo?
No lo sé, tendré que seguir imaginando.
Desde aquella vez que te ví, eres en lo único que pienso, eres lo único que pasa por mi mente, debo de estar loca, loca por ti McCartney.
Debo de ser más creativa al redactar, eres un buen escritor, y todas mis notas deberán de parecerte insignificantes  comparadas con tu arte.
Prometo ser más creativa, en cuanto a redacción y obsequios.
Te sueño Paul.
Atte. A”

- Bueno, no está tan mal - No podía decir nada más al respecto, era solo una jovén haciendo actos bastante infantiles, era romántico para ella, pero para mí era algo preocupante.

darkness

𝘿𝙖𝙧𝙠𝙣𝙚𝙨𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora