Interrogantes indeseadas

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La fogata ya no es tan intensa como hace unas horas y el gentío comienza a desocupar la improvisada ronda sobre la arena en la que han sido embelesados con las melodías del particular australiano de encantadores hoyuelos.

Felix se mantiene a una distancia más lejana.

Observando a Christopher quién, sigue muy sumergido en las notas provenientes de la guitarra.

Los párpados bajos, la serenidad siendo protagonista, las notas acoplándose con la lumbre calidez y el manto de estrellas cayendo sobre los anchos hombros meciéndose de un lado a otro.

La imagen es solemne y el castaño no se atreve a mover siquiera el más mínimo músculo.

—¿Vas a seguir observando en silencio?

La voz del músico irrumpe en los sentidos del castaño que ladea una sonrisa.

—¿Está prohibido hacerlo?

—No, pero esta distancia comienza a fastidiarme—abriendo un ojo, Christopher esboza una picaresca sonrisa—Acércate.

Dejando la guitarra a un lado, el joven palmea con suavidad el espacio entre sus piernas. Invitando al castaño que sonríe lascivo antes de ponerse de pie e invadir el espacio personal del contrario.

Se atreve a apoyar la cabeza sobre el ancho hombro.

Disfrutando de la temperatura y comodidad ofrecida entre los brazos de Christopher que entrelaza sus dedos juguetonamente mientras tararea una reconocida melodía.

Felix se siente embriagado de sensaciones balsámicas y el aliento de Christopher chocando contra su tacto lo eleva como las efímeras llamas que perecen al pasar los segundos.

Efímero.

Una palabra que hace eco en su apacible mente:

Su estancia en Australia es efímera, al igual que ese sexy australiano volátil con el que explora ardientes emociones.

Emociones que, a diferencia de otras veces, lo abruman de interrogantes indeseadas.

Su alma siempre ha disfrutado de la libertad.

El dejarse fluir sin pensarlo dos veces y enriquecerse de la espontaneidad de sus actos.

Y cuando el viento lo guió hacia la frescura del emotivo músico en esa misma playa, no impuso resistencia a la emergente atracción.

Entonces...

¿por qué seguía allí la amargura de saber que la sensación de esos acolchonados labios causándole cosquillas en la zona del cuello no sería perdurable?

—Siempre me ha gustado la vista nocturna desde aquí.

La voz de Christopher lo regresa a sus sentidos y un poco aturdido, levanta los párpados.

—Había extrañado apreciar el cielo australiano—Felix pronuncia con un deje de nostalgia—No tengo la dicha de perderme entre las estrellas estando en Corea. Aunque el cielo es bonito, se oculta entre los edificios.

—Quizás por esa razón las estrellas descendieron hasta encontrar un refugio en tu rostro—con un indiferente tono, el músico responde—para que no tengas añoranza de ellas.

Añade, buscando la mirada adversa que se envuelve con la suya de una manera tan sublime que en el fondo desea inmortalizar ese instante.

—Eso fue...—relamiendo sus labios, Felix prosigue—..particularmente romántico.

—¿Tan romántico como para hacer palpitar tu corazón?—y a continuación, empieza a entonar lo que ha estado tarareando—"Pero, no puedo evitar enamorarme de ti"

Pronuncia, empleando un ligero tono seductor mientras se pierde en las orbes del adverso.

—¿Crees que cantando esa canción de Elvis Presley vas a enamorarme?

—Tal vez—queriendo sonar indiferente, el músico responde—Tengo ese mismo encanto, no puedes negarlo.

—¿Estás buscando el momento exacto para hacerme sonrojar?.

—Pierde la diversión cuando respondes con otra pregunta.

Felix libera una corta risita y planta un corto beso en los labios ajenos antes de escabullirse del cálido abrazo e incorporarse.

Hechizado por una imaginaría melodía, el castaño comienza a moverse en vaivenes lentos bajo la expectante mirada del músico que se deja absorber por ese encanto.

Como una musa que lo impulsa a expresarse.

—Ven—dedicando seductoras miradas, Felix comienza a despojarse de la camisola pastel—Vamos al agua.

—¿Qué tienes en mente bonito?

—Acompáñame y lo descubrirás.

Christopher siente escalofríos por el tono tan sugerente del castaño que se adhiere a sus sentidos, al igual que el coqueto guiño junto con la espontánea sonrisa antes de salir corriendo hacia el agua.

Y mientras lo observa internarse en la profundidad de la sosegada marea, piensa en la manera tan perfecta en la que sus almas se sincronizan cómo sus dedos al rasgar las cuerdas de la guitarra.

Una sincronización que asusta y abruma a su volátil corazón que, por primera vez, siente una impropia necesidad de aferrarse a esos sentimientos.

..☀️🌊

Por supuesto que, el comenzado jugueteo en la playa no tuvo su final allí y las sábanas del músico junto con la hermosa noche estrellada fueron testigos de la fogosa pasión en la que de nuevo, se dejaron arrastrar.

Dos jóvenes espontáneos, viviendo ese instante.
Consumando sus deseos carnales y la esporádica sensación que los lleva a la cima.

La noche comienza a sentirse más fresca cuando Christopher se incorpora de la cama a causa del insomnio que lo abruma.

Nunca ha sido una persona con problemas de sueño, pero ahora, quizás su insomnio se deba al hombre durmiendo a su lado que lo mantiene lo bastante despierto.

O mejor dicho, a esa impropia sensación que lo ha abrumado en la playa.

Muchas interrogantes invaden su mente y ninguna se le hace adecuada a su persona.

Son foráneas, indeseadas y no comprende la razón.

Se concentra en observar a Felix durmiendo sobre su estómago: La blanca sábana cubriendo parte del cuerpo inferior, el castaño cabello cayendo sobre el sereno rostro siendo iluminado únicamente por el brillo de la luna, su respiración tranquila, indicando su pacífico y profundo sueño.

Christopher piensa que ese joven se ve muy etéreo cuando cae en los brazos de Morfeo y por absurdo que le suene, le gusta tanto esa imagen que no quiere borrarla de su memoria.

Está mal.

¿Por qué está teniendo esas necesidades?

Siempre se ha empeñado en no aferrarse a las situaciones, sólo vivir el instante y dejar que sus acciones se mezclen con el viento...

¿Por qué ahora le abruma un indebido deseo de rebelarse contra la corriente?

Opta por alejarse de los disparatados pensamientos y despejarse con una caminata nocturna.

Dejándose abrazar por la brisa marina y esa calma que solo le transmite el mar.

Sin embargo, una interrogante se mantiene persistente y perdiendo su atención en la sosegada marea, formula las palabras al aire:

¿Está mal si me permito aferrarme?

..☀️🌊

Tiempo de Verano [chanlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora