Ambos terminaron de cenar entre conversaciones, para Jude, jamás una comida le había sabido tan deliciosa. No sabía si era la compañía de Alika, pero el plato navideño estaba increíblemente delicioso.
Ella por su parte comió contándole algunas anécdotas de la universidad o de su padre. Por su parte la escuchaba casi con embelesamiento, le gustaba la manera en la que hablaba o cómo se volvía un desastre contando una historia y terminaba enredándose en su relato. Era muy tierna.
—Pidamos pastel de chocolate de postre —dijo luego de un rato.
—No creo poder comer nada más, fue mucho—respondió ella mientras acariciaba la barriguita de Cronos, él también había cenado y se veía bastante alegre a su lado.
—¿Dónde está la chica que dijo que el chocolate era todo? Solo se vive una vez, Alika.
—Para ser un Scrooge estás muy emocionado. —la verdad es que ella tenía razón, se sentía contento y estaba seguro por esa morena que tenía frente de él. ¿Cómo podía haber ella logrado ese milagro?
—Solo estoy siendo un buen anfitrión, para que no digan luego que los Norteños somos unos maleducados.
—Si me dejas opinar, nuestro primer encuentro dejaba mucho que desear. —bueno, ella tenía un punto. Había sido un bastardo cuando ella se disculpó—. Pero tranquilo, ya está olvidado.
—De nuevo, discúlpame. Me dejé llevar por el espíritu del Grinch que soy.
—¿Sabías que el Grinch no detestaba la navidad en sí? Odiaba lo que le hicieron, la gente puede ser muy cruel a veces.
—La más horribles de las bestias, pero al final el Grinch encontró su lugar. Y lo más importante, amor.
—Oye, eso sonó lindo. —el mesero se acercó a quitar sus platos y él pidió un trozo de pastel—. Pensé que no comeríamos más.
—Bueno, creo que una vez al año, no hace daño y cuando esté de nuevo en servicio lo voy a extrañar. Valoras las comidas deliciosas cuando estas a miles de kilómetros.
—Tienes razón.
Al final trajeron el pastel. Y ella comenzó a aplaudir como una niña pequeña ante lo que veía, Alika ni siquiera se había dado cuenta, pero Jude tenía una sonrisa enorme en sus labios. No se cansaba de mirarla.
Se recriminó eso, tenía que ser la fecha, no quería estar pensando en cosas no propias de él. Como el romance. Entre más lejos estuviera de eso, mucho mejor. Para Jude, ese era un tema igual de escabroso que la navidad.
Esa noche podía olvidar un poco sus credos y disfrutar de la compañía de esa chica. Ya mañana volvería a ser el mismo hombre hosco de siempre y preparar su próximo viaje que estaba a la vuelta de la esquina.
—Esto está muy bueno —la sonrisa de Alika iluminaba más que mil soles, era tan bonita y llena de vida. Se preguntó a sí mismo si alguna vez fue así como ella, sin preocupaciones, quizás cuando era niño y creía que la navidad era la época de magia como decía ella, pero luego descubrió que esta no era más que el amor de su madre intensificado al mil por ciento, porque lo que ella hizo fue siempre hacer de ese momento uno especial.
—Jude, te pusiste triste de nuevo.
Comió un poco de pastel para intentar palear la tristeza que estaba dentro de él, a veces prefería más la rabia, esta lo mantenía alerta, pero la melancolía era algo que no le gustaba sentir.
—Solo pensaba. Estoy perdiendo mi puesto de amargado el día de hoy.
—Bueno, para eso estoy aquí hoy. Para hacerte recobrar el espíritu navideño. —dudaba que otra vez estuviera así de emocionado, esto era lo más contento que había estado en años—. Y ahí está esa misma cara que noté en la cafetería. ¿Te está aburriendo estar con esta fastidiosa?
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Señor Scrooge (Un relato navideño)
Cerita PendekUn vuelo retrasado, un Scrooge y una obsesionada con la navidad. ¿Qué podía salir de eso? ¿Tal vez un milagro de navidad? PAOLA VALENTINE, 2021 © REGISTRADA EN SAFE CREATIVE CÓDIGO DE REGISTRO: 2112150043078 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©