El karma siempre llega | Jaegon (Jacaegon)

III: Aegon Targaryen, un Omega mimado.

Champiñón juró ante una corte llena de Lores que su versión de los hechos era correcta. Algunas personas le creían, otras pensaban que estaba demente. Pero solo una persona sabía la verdad.

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Cuando Aegon II Targaryen nació, el pueblo de King 's Landing se emocionó, luego de años, por fin nacía un varón. El rey Viserys solo tuvo una hija, a la cual nombró heredera al trono de Hierro. Muchos no estuvieron de acuerdo con ello, pero poco podían hacer. Aegon fue educado por su Madre, para ser un buen "rey", a él nunca le interesó la corona. Por lo mismo, cuando cumplió 11 años decidió que su destino era ser parte del consejo de su hermana, pero su madre siempre repetía lo mismo: "Tú eres el desafío, Aegon. Con solamente respirar. Ella matará a tus hermanos, a mí, al abuelo y, por último, a ti."

—Aléjate de los bastardos de Rhaenyra, principalmente de Jacaerys. Él es tu enemigo, recuérdalo.

Su madre pronunció aquellas palabras con tanto odio, que Aegon no pudo hacer nada más que asentir. Sentía una pequeña opresión en su pecho, él quería a Jace, pero tendría que obligarse a odiarlo.

El pequeño Aegon creció con eso. Pensando que Rhaenyra lo mataría, pero él no sabía cuán equivocado estaba.

"Champiñón culpa a Otto Hightower, Aegon pudo ser un gran rey, si tan solo le hubieran puesto la atención adecuada y si Alicent no fuera tan resentida, sus hijos y los de Rhaenyra hubiesen sido buenos amigos."

El bufón dice que la actitud de Aegon cambió radicalmente. Antes era amable con sus sobrinos, pero conforme fue creciendo comenzó a insultarlos, a difundir rumores sobre ellos.

Muchas personas de la corte creían que los hijos de Rhaenyra, eran bastardos, y no solamente lo decían porque sí, tenían pruebas. Ellos no poseían el cabello plateado que tenían los Targaryen, ni mucho menos, los ojos violetas. Tenían una apariencia común. Aegon pudo haber hecho algo, decirle a las personas que difunden rumores que solamente eran falacias, en cambio, él aseguró que sus sobrinos no eran Velaryon, si no Strong.

Él solía llevarse bien con el primogénito de Rhaenyra, Jacaerys Velaryon.

Jace tenía 12 años y Aegon 17, en ese entonces ellos seguían manteniendo una "amistad" a pesar de los constantes insultos de Aegon hacia Jacaerys. El menor nunca dijo nada, tampoco podía hacer mucho. Aegon nunca entendió el por qué, pero el hecho de que Jacaerys se mantuviera a su lado, le hacía sentir importante, estaba seguro de que el bastardo de Rhaenyra jamás lo dejaría. Eso sería muy útil para su madre, tendría a Jacaerys a su merced.

Ante los ojos de Aegon, Jacaerys era un niño más. No tenía nada de especial, era un bastardo común. Aegon no sabía que tiempo después, se arrepentiría de haber pensado aquello.

Los hijos de Rhaenyra se encontraban entrenando con sus tíos: Aegon, Aemond y Daeron. Ese día el menor de los Targaryen se iría, mandarían a Daeron a Antigua, la casa de los Hightower. Su hermano tenía otras obligaciones, y aunque no eran muy cercanos extrañaría su presencia.

Algo que el joven Aegon odiaba de aquel entrenamiento, era que lo obligaban a pelear con Jacaerys. Y es que, era demasiado obvio quién ganaría. Aegon era el más rápido, y entre los dos, el más alto.

Pero subestimó demasiado al mocoso. En un descuido, Jacaerys se abalanzó hacia él, y casi lo derriba, pero logró esquivarlo. Pero aquello no detuvo a Jace, al contrario, no dejó de atacar, hasta que por fin pudo hacer que cayese.

Su padre, el rey Viserys los observaba desde arriba. Y felicitó a Jacaerys por su arduo trabajo. Aegon soltó un pequeño suspiro de molestia. Su padre jamás le había dicho algo como aquello. Los bastardos de Rhaenyra no solamente querían quitarle el trono, sino también la atención del hombre que se suponía que debía amarlo más que a nadie.