[ 💌 ] CAPÍTULO 7: Barcos de Colores

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Otra vez frente al mismo árbol, ¡qué monotonía!

Sin pensarlo mucho, agarré la carta y me fui caminando tranquilamente hacia mi casa, tratando de pasar lo más desapercibida posible. Me alegraba de que, aparentemente, haya comprendido mi pequeña falta de indicaciones.

Como esta vez no había llevado mi cartera negra, cargaba con la correspondencia en la mano, a la vista de todos. Sinceramente, no creo que a nadie le haya importado mucho.

Al encontrarme frente a la entrada de mi hogar, saqué las llaves del bolsillo, abrí la puerta, y entré. Sin embargo, tuve que detenerme en el marco. Como lo ingenua (o mejor dicho, estúpida) que soy, entré en la casa con la asombrosa carta en la mano. Sí Ingrid, a ningún desconocido de la calle le habrá importado que lleves ese sobre en la mano, pero no diría lo mismo de tu mamá.

- Ingrid, ¿qué es eso que llevas en la mano?

No...

- Ingrid, te pregunté algo... - volvió a poner los ojos en la pantalla de su computadora.

No puede ser.

Pero no mamá, a mí nadie me descubre. Y menos ahora que ni si quiera me estás mirando.

Rápidamente, me di la vuelta, tapando el sobre con mi propio cuerpo, y tomé lo que parecía ser un recibo de expensas, el cual intercambié con la carta, que doblé y metí en uno de mis bolsillos.

- Nada, esto ma. - me acerqué y le mostré el recibo.

- Ah bueno, déjalo por ahí.

- Ok, está bien. - y eso hice.

¡Al parecer, la ingenuidad viene de familia!

Cuando me desocupé de mi "casi descubierta", me dirigí a mi habitación y le puse llave. Esto con la excusa de "practicar baile", aunque realmente a mí ni si quiera me gusta bailar. No me gusta moverme. Apenas me levanto de la cama, y es solo porque debo ir al colegio de manera obligatoria, y cuando voy a entregar o recibir las cartas de mi admiradora. Haciendo alusión a lo dicho, me recosté entre mis cómodas sábanas y comencé a leer la carta.

𝐏𝐢𝐥𝐚𝐫, 𝟏𝟐 𝐝𝐞 𝐨𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟏𝟏

𝐌𝐢 𝐚𝐦𝐚𝐝𝐚 𝐈𝐧𝐠𝐫𝐢𝐝:

𝐀𝐲 𝐈𝐧𝐠𝐫𝐢𝐝, 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐬 𝐥𝐨 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐲. 𝐌𝐮𝐜𝐡𝐚𝐬 𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐡𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐚𝐜𝐞𝐩𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐦𝐢 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚. 𝐓𝐞 𝐣𝐮𝐫𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐜𝐮𝐚𝐥𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐬𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐜𝐮𝐦𝐩𝐥𝐢𝐫𝐥𝐚. 𝐁𝐮𝐞𝐧𝐨, 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐦í, 𝐭𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐦𝐞 𝐥𝐨 𝐡𝐚𝐳 𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐨...

𝐄𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫, 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨𝐬𝐚, 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫𝐭𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐢𝐠𝐚𝐦𝐨𝐬, 𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫, 𝐥𝐚 𝐢𝐝𝐞𝐚 𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐩𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐢é𝐧 𝐬𝐨𝐲. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐚ú𝐧 𝐚𝐬í, 𝐡𝐚𝐲 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐦í 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐯𝐞𝐧𝐭𝐢𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐲 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐨𝐧 𝐦𝐮𝐲 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐮𝐞𝐧 𝐚 𝐝𝐞𝐥𝐚𝐭𝐚𝐫. ¡𝐀𝐬í 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐫é!

Amor a primera... ¿Carta? 💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora