Bitácora I de la oscuridad

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Anteriormente…

Como si se tratara de una máquina sin batería, las ruinas se iluminan y revelan un tesoro de objetos guardados. Entre ellos, encuentra una parte de un cuaderno desgastado. También hay carne seca, algunas frutas bien conservadas, una botella con una etiqueta que dice "jugo de naranja" y un par de zapatos ligeros. Sin pensarlo dos veces, se los coloca para proteger sus pies.

—Bueno… no tengo un par de calcetas, pero se sienten cómodos —comenta con una sonrisa de satisfacción. Luego, toma la parte del cuaderno y comienza a leer en voz alta: “Espero que te hayas dado cuenta de que tu misión es reparar todas las ruinas de luz para ahuyentar a las sombras que invaden estas tierras, o al menos eso es lo que pienso yo…”

—Sí, claro. Esto es como un videojuego —dice con ironía—. Seguro que son siete misiones.

Continúa leyendo: “Aquí te dejo algunos planos para que puedas construir un campamento. Lo necesitarás para no decaer en esta larga aventura que te espera…” Los nuevos planos incluyen instrucciones para construir una mesa de trabajo, una mesa de armas, una mesa de armaduras, un pozo de fuego y una fundición.

—No entiendo por qué debo hacer todo esto —murmura, frunciendo el ceño.

El cuaderno responde: “Con cada cosa que construyas, podrás crear muchas más. Todo lo que te ofrezco lo vas a necesitar. No lo olvides…”

—Entonces, estoy en la misma situación. Ni modo… Haré lo que dice este tipo —suspira resignado.

Sin más dilación, el joven comienza a recolectar todo lo que encuentra a su alrededor, decidido a construir su campamento de supervivencia y enfrentar la aventura que le espera.

Sin más dilación, el joven comienza a recolectar todo lo que encuentra a su alrededor, decidido a construir su campamento de supervivencia y enfrentar la aventura que le espera

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🌑🌓🌕

DÍA 3

En el corazón del bosque, bajo la sombra envolvente de la noche, el joven se sienta en un tronco caído, su figura apenas iluminada por la luz titilante de la fogata que chisporrotea a su lado. Con manos temblorosas, escribe en un cuaderno improvisado, hecho de hojas de árbol y tiras de corteza. La tenue luz crea un ambiente casi mágico, pero también inquietante, como si el mismo bosque estuviera observando sus movimientos.

Hoy se cumple el tercer día desde que llegó a este mundo desconocido y hostil. Ha decidido llevar un diario, o mejor dicho, una bitácora, para registrar cada detalle de esta aventura. Su intención es escribir cada noche, antes de que el sueño lo venza, para no olvidar lo que ha vivido en este entorno salvaje.

Desde su llegada, ha sido una lucha constante por la supervivencia. Los animales durante el día son impredecibles; a veces parecen tranquilos, pero en un abrir y cerrar de ojos, pueden convertirse en feroces atacantes. Sin embargo, las criaturas de la noche son aún más temibles. Las sombras amenazantes se lanzan sobre él sin piedad, pero tiene la suerte de contar con una antorcha y el fuego de su fogata, herramientas que utiliza con astucia para debilitar a sus atacantes.

The Wild DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora