Capítulo 3.

207 15 0
                                    

Peter.

Estoy listo pero esperaré un rato para irme a esa tonta fiesta. Antes quiero beber algo para soportar ver a todas esas personas que se sienten felices por celebrar algo tan ridículo. Miro esa estúpida rama que todavía no la he tirado pero ahora mismo lo voy hacer. La tomo y voy a tirarla, pero tocan el timbre. La dejo en la encimera para saber quién viene a esta hora. Voy abrir y veo que se trata de Agustín.

— ¿Que haces aquí?

— Vine para evitar que te escapes de esta noche. Pero me alegra que estés listo. — entra. — así nos vamos juntos, vine en mi auto, no tienes que llevar el tuyo.

— Sabes que no me gusta ir con otra persona, para eso tengo mi propios autos.

— Lo siento amigo, pero irás conmigo y no hay nada que puedas hacer. Antes de irnos ¿No me vas a invitar a tomar algo?  — ruedo mis ojos y voy a servirnos dos vaso de whisky. — ¿Que es esto?

Giro y veo que tiene la rama del muérdago.

— Es un muérdago.

— Ya sé lo que es tonto. ¿Pero por qué tienes esto? — abre los ojos. — ¿no me digas que lo piensas usar conmigo? Oye me honras pero tengo mujer y ....

— No seas idiota Agustín. — le doy un vaso a él con la bebida  y me siento en una de las sillas que quedando frente a frente en el otro extremo. — Ayer una señora vino al banco ya que quería hacer una transferencia y retirar, pero ya todos se habían ido y bueno me dio lastima, así que decidí ayudarla.

— ¿Y eso que tiene que ver qué tengas esto contigo?

— Ella me lo dio, diciendo que no se qué, que voy a encontrar el amor está noche y alguien tendrá el otro pedazo de ese muérdago.

— Así que es mágico. ¡Genial amigo!

— No existe la magia. Más bien lo voy a tirar.

— Como dices eso. Peter esta es una época que la magia se hace más fuerte.

— ¿No decías que era halloween?

— Bueno también.

— Enserio no sé cómo tu esposa se casó contigo.

— Porque me ama amigo y yo la amo a ella. ¿Pero bueno que vas hacer con esto? Yo que tú lo llevo para que te de suerte y puedas encontrar una mujer para que te quite lo Scrooge.

— Lo que voy hacer es tirarlo a la basura. — se lo quito y lo tiro — así olvidamos está tontería.

Él se encoge de hombros y decidimos ya irnos a esa fiesta. Voy por mi celular que está en mi habitación, regreso y me pongo mi saco. Salimos de mi departamento.

Subimos al auto de él y este conduce hacia el lugar en dónde será esa fiesta. Llegamos y vemos que la gente está entrando. Salgo del auto y noto que Agustín no sale.

— ¿Que haces? Sal y vamos adentro.

— Lo siento me tengo que ir con mi esposa y mis hijos para estar con ellos.

— ¿Qué? ¡Estás loco! Cómo me voy a regresar, si ibas hacer esto hubiera dejado que viniera en mi coche.

— Lo siento Peter, pero tenía que estar seguro que vinieras a esta fiesta y bueno tienes dinero para irte en taxi.

— No puedes hacerme esto. — intento abrir el auto. — Agustín, ¡Carajo! No puedes hablar estar hablando enserio.

— Lo siento amigo, mañana me cuentas que tal la pasaste.

Un amor en navidad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora