One Shots +18 (Five Hargreeves) [The Umbrella Academy]

Drugs

⚠️ Advertencia contenido no apto para todos los lectores, leer bajo su propio riesgo, este shots contiene compra y consumo de alcohol, drogas y tabaco en menores de edad, masoquismo, si eres sensible a ese tipo de situaciones recomiendo te saltes está parte⚠️

Número cinco tendrá 58 años mentales y 17 físicos y nuestra hermosa protagonista 15 años ¿Ok? Ok.

________ Salazar

Estaba de camino al punto en el que compro mis mierdas pues acabo de robar una tienda para conseguir lo que quiero, estoy a punto de llegar y veo al dueño a fuera fumando. Five Hargreeves y su hermano Klaus armaron un negocio de drogas, muchos conocen a los hermanos Hargreeves por haber salvado el mundo y ahora todos ellos son la banda de asaltantes y ladrones más grandes de la ciudad, nadie se mete con ellos.
Five en seguida me vio entrar y entró detrás de mi.

— ¿Qué necesitas muñeca? — dijo Klaus el mejor drogadicto del mundo es un buen amigo mío

— Dame coca, cannabis y éxtasis — Klaus me miró con sorpresa y sentí unas manos en mi cintura

— ¿Todo eso? — susurro el mayor pero a la vez menor de los hermanos — con eso tendrás una sobredosis, dañando tu bello cutis cariño.

— No es asunto suyo señor Hargreeves — se puso frente a mi y ví sus ojos verdes claro cambiar a un verde esmeralda

— No le des nada Klaus — me tomo del cuello con fuerza y acercó sus labios a los míos haciendome respirar su aroma bucal que era menta y cigarrillo de cereza

— Señor Hargreeves lo que está haciendo es perder una cantidad de 500 dólares al negarme mi compra — el comenzó a apretar mucho más mi cuello negandome el respirar pero eso me hizo exitarme

— Ven sigueme — me soltó el cuello y me tomó del brazo con fuerza jalandome hacia no se dónde

— ¿A dónde la llevas pendejo? — dijo Dos Hargreeves el cual iba saliendo

— Te vale verga — caminamos un poco más y me metió a una habitación la cual parecía ser la suya por las ecuaciones rayadas en la pared, escuché la puerta azotar con fuerza y lo escuché poner el seguro

— Señor Hargreeves ¿para que me trajo aquí? — voltee a verlo y ahí ví unos ojos verde esmeralda que estaban inyectados con lujuria pura

— Te traje porque te tengo ganas y no puedes negar que tú tambien — se comenzó a desabotonar la camisa sin quitarse la corbata

— Señor no sé de qué hablá — el volteo a verme bastante incrédulo

— ¿Ah no? — se acercó a mi y puso una de sus manos en mi cuello apretando con fuerza haciéndome soltar un pequeño jadeo y sentí su mano entrar por mi falda color esmeralda hasta llegar a mis bragas — ¿Y por qué estás tan mojada?

— Y…yo — no podía decir absolutamente nada pues el tenía razón, solamente pase mis manos por su pecho y junte sus labios con los míos en un beso llenó de lujuria y pasión

— Buena niña — dijo durante nuestro, bajó sus dos manos a mis muslos — sube.

Yo obedecí y enrede mis piernas en sus cintura el me estaba acariciando suavemente el trasero y de repente me dió una nalgada que me hizo separarme del beso para gemir. El me sentó en la cama y busco en un cajón hasta encontrar una botella de Bacardí y por lo que alcance a ver tenía un nivel de alcohol de 20. El dió un gran trago a la botella y paso un poco de este, tomo mis mejillas con fuerza haciéndome abrir la boca y después escupió el caliente líquido de su boca, yo me lo quedé ahí.

— Traga — yo obedecí y me lo pase, entonces sentí el líquido raspar por mi garganta

— Señor Hargreeves — el volteo a verme

— Soy papi para tí — tomo mi cuello con fuerza y me recostó delicadamente en la cama

Comenzó a besar mi cuello y bajo su mano hacia mi humedad haciéndome jadear yo intente callarme mordiendo mi labio inferior.

— Mierda no — puso uno de sus pulgares en mi labio inferior y quitandolo de mis dientes — quiero escuchar cada sonido que salga de tu puta boca.

Sacó de mi chamarra una cajetilla de cigarros y encendió uno, dió una calada y después me dió un beso llenó de lujuria sacando el humo y pasandomelo a mi sintiendo el sabor del tabaco en mi boca, solté el aire por la nariz y salio un poco de humo de ahí.

— Levántate — enseguida obedecí, el se quitó la corbata — date vuelta.

Le hice caso y sentí como tomaba mis manos hacia atrás y las ataba con su corbata. Me volteo haciéndome verlo y rompió mi camisa dejándome con un brasier bastante fino que se llegaban a notar mis pezones. Five apagó el cigarrillo con un mueble y comenzó a besar mi cuello. El estar atada me impedía hacer muchas cosas y estar a merced de el.

Se desabrochó el pantalón y boxer para después bajarlo a la altura de sus rodillas, comenzó a masturbarse y yo solo miraba.

— De rodillas — me dijo y yo voltee a verlo — ¡ahora!

Lo obedecí y el metió su miembro a mi boca, yo no renege pues no era la primera vez que lo hacía. Tomó mi cabello en una coleta improvisada y apretaba con fuerza para después empujarme haciéndome abrir más mi boca haciendo que entre más su pene.

— Carajo — lo escuchaba gemir, tomo mi cabeza y me hizo meter toda su longitud a mi boca, mis ojos comenzaron a lagrimear y las arcadas no dudaron en aparecer, yo sentía sus bolas pegadas a mi labio inferior

Y luego sentí como se vino dentro de mi boca para después sacar su miembro y yo aún tenía su espeso líquido en mi boca.

— Traga cada puta gota — obedecí y el sonrió arrogante — que buena puta.

Eso en lugar de ofenderme me hizo exitarme. El tomo mi cuello y me levanto poniéndome cara a cara con el, pasó sus manos a mi espalda y desató la corbata.

Me dió vuelta y luego me recostó en la cama quedando mi pecho sobre el colchón y dejando mi trasero a disposición de el.

— Quiero escuchar cada gemido que salga de tu puta boca — sentí que me penetró con fuerza y yo solo solté un grito — y si te callas te irá peor.

Comenzó sus embestidas y si me pidieran describir a el señor Hargreeves en el sexo diría; rudo, dominante, sin compasión y realmente bueno y sexy. Con cada embestida yo gemía demasiado fuerte y el solo soltaba unos diminutos jadeos.

— ¿De quién eres? — dijo tomando mi cabello y haciéndome girar el rostro para verlo

— Tu… aaah…tuya — fue lo que logré gesticular

— Que buena niña — con su otra mato tomo mi rostro haciéndome abrir mi boca y escupió dentro de ella y sin que me lo pidiera me lo tragué

El en ningún momento detuvo sus embestidas, de pronto sentí su miembro hincharse dentro de mi y yo apreté mis paredes en este y pronto sentí su espeso líquido estar dentro de mi y el al sacar su pene de mi sentí como escurría por mi entrepierna.
Mis piernas temblaban, me levanté y de inmediato caí de rodillas al piso, el solo se sorprendió y me cargó, yo enrede mis piernas en su cadera y lo besé.

— Mierda, nunca creí enamorarme de un cliente — yo sonreí sobre sus labios

— Siempre hay una primera vez para todo — comencé a besar su cuello — me encantas.

— Yo te amo a ti muñeca — tomó mi rostro y me besó

— ¿Me vas va dejar comprar mi droga? — dije intentando dar una linda sonrisa inocente

— Claro — yo sonreí alegre — que no.

— Vete a la verga — me baje y puse mis pies en el piso callendo el comenzó a reírse — me alegra que mi dolor te divierta.

El se puso de rodillas frente a mi y me dió un suave beso, sin lengua ni nada.

— Te amo y no quiero más drogas dentro de ti — tomó mis mejillas y me besó la punta de la nariz

— Intentaré cambiar — sonreí — por tí.