just survive somehow;

prólogo;

prólogo;

La guerra había terminado. Justo delante de él, Voldemort, el Lord Oscuro, yacía muerto.

No saboreó la victoria en absoluto.

Mirando alrededor, se dio cuenta de que sólo quedaban un par de personas en pie. El resto... Oh, Merlín... El campo de batalla se había convertido en un cementerio. Cuerpos y cuerpos estaban tendidos en el suelo, muertos o gravemente heridos, cubiertos de sangre, barro y sudor.

Era una escena grotesca y horrible que hizo que la bilis se le subiera por la garganta. Peor que sus peores pesadillas, peor que las peores visiones de Voldemort. Peor porque era real.

Cerró los ojos un segundo, rezando para que, una vez los abriera, la miseria que veía a su alrededor hubieran sido sólo alucionaciones... O otra de las visiones de Voldemort para torturarlo psicológicamente. Lo que fuera menos la realidad.

Lamentablemente, al abrir los ojos, todo seguía igual. Maldita y dolorosamente igual.

El cuerpo de Ron todavía aferraba el de Hermione, ninguno de los dos respiraba. A pocos pasos, casi todo el clan Weasley estaba apilado, uno encima del otro. Lo había hecho él mismo, un par de horas antes de enfrentarse a Voldemort. Snape seguía en la casa de los gritos, Minerva, Poppy y Flitwick, ya conocedores de la verdad sobre el espía, estaban igual de inertes a su lado, todo por intentar ayudarlo. Habían sido emboscados por un par de Mortífagos.

Draco y Narcissa estaban siendo abrazados por un Lucius totalmente roto, que gritaba y suplicaba que abrieran los ojos. Quiso correr hacia él pero estaba petrificado en su lugar. Cerca, algunos Slytherin habían encontrado su final a manos del propio Lucius, también espía para el bando de la Luz.

No le quedaba nada. Nadie. Neville había asesinado a Nagini, pero ésta se había encargado de morderlo antes. Luna, Seamus y Dean, mientras corrían a intentar salvarlo, habían sido intercedidos por una Bellatrix bastante furiosa. Ninguno llegó a Neville.

No sentía nada, todo su cuerpo entumecido por el esfuerzo y el dolor. La pérdida todavía no se había procesado, su mente seguía en shock. No era este el resultado que esperaban, no era esto lo que auguraban los planes de Dumbledore. Había fracasado, todos ellos lo habían hecho. Habían creído ciegamente en él y, como todos, como cualquier humano, habían cometido un error.

Ginny llegó a su lado, herida pero no demasiado, y aferró su mano tan fuerte que tuvo que reprimir un gemido de dolor. La desolación en sus ojos, de alguna manera, lo hizo todo aún más real. La atrajo contra sí mismo y la abrazó, sin saber si estaba ofreciendo él el consuelo o era al revés. Él quería correr a abrazar a quienes realmente pertenecía su corazón, pero no pudo. Porque uno estaba muerto y el otro terriblemente destrozado.

Los planes no eran infalibles... Dumbledore tampoco lo era. Sus manipulaciones lo habían destrozado todo. Voldemort podría estar muerto, pero lejos de haber ganado nada, acababa de perderlo todo.

La guerra había terminado.

Pero no saboreaba la victoria en absoluto.

Sólo quedaba poner en marcha el plan B. Era hora de recopilar información y arreglar todo este desastre.

La guerra volvería a comenzar.