One shots Isamira

La indecisión de una madre

Lamento mucho haber estado tan ausente pero he tenido que trabajar en algunas cosas de la U y ya que este capitulo hace tiempo quería sacarlo pues lo sacare hoy se que les debo muchas cosas, pero este fin de semana tratare de ponerme al día =D 

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Julieta siempre pensó que había hecho un buen trabajo con sus hijas, pensó que había logrado que fueran felices, pero no era así, cuando Mirabel no obtuvo un don su corazón cayo, pero trato de hacerle saber que era amada por ella y Agustín, siempre pensó que Mirabel eventualmente lo entendería y dejaría de esforzarse tanto por hacer feliz a su abuela... pero no se dio cuenta de que tal vez no había usado el enfoque correcto y tal vez descuido un poco a Isabela y Luisa en el proceso...

Julieta sabía que amaba a sus hijas y siempre decía que no tenía una favorita cuando en el fondo sabía que siempre había consentido y tal vez sobreprotegido un poco a Mirabel.

Por eso cuando se enteró de que Isabela estuvo a punto de casarse con un hombre que no amaba se sintió un fracaso, siempre vio que su madre adoraba a Isabela incluso sabía que Isabela seria la próxima cabeza de familia, pero nunca supo que eso la haría miserable, nunca supo que las expectativas de su madre estaban destruyendo a Isabela.

Otro fracaso fue enterarse de que Luisa se sentía presionada a dar siempre todo de si ayudando a todos los demás, jamás pensó que su hija aparentemente fuerte estaba cayendo ante el peso de las expectativas del pueblo, siempre haciendo tareas innecesarias y siempre cediendo... nunca diciendo no, nunca supo que su hija podía llegar a ser tan sensible.

Y para finalizar incluso con todo su esfuerzo y amor, nunca pudo entender los sentimientos de su amada hija menor, la cual nunca necesito protección, necesitaba apoyo, necesitaba que alguien comprendiera su propia carga y la compartiera no que trataran de hacer que no existiera.

Mirabel nunca necesito que le dijeran que era amada a pesar de no tener dones, o que no necesitaba dones, Mirabel necesitaba que alguien le dijera que era necesaria en la familia, necesitaba a alguien que la guiara a encontrarse ella misma para que dejara de intentar ser alguien más, necesitaba que alguien le dijera que su esfuerzo Valia y que era apreciado, pero nadie lo hizo... todos la hacían a un lado y ni siquiera ella como madre fue capaz de comprenderlo.

Oh si, ella consideraba que había fracasado como madre, tuvo tres hijas las cuales según ella eran felices y resulto ser mentira.

Sin embargo, el impacto de aquellos eventos se quedaría corto cuando tres meses después de la reconstrucción de casita y la nueva unión de la familia Isabela y Mirabel dijeron que habían empezado a salir como pareja.

Julieta se quedó de piedra, pensó que oficialmente había sido la peor madre del mundo, no solo no supo hacer felices a sus hijas, sino que ahora dos de ellas se gustaban entre sí.

Lo peor de todo llego cuando pareció que a nadie en la familia parecía importarle, al contrario, se veían felices incluso su propia madre Alma Madrigal aprobó su relación, la mujer que casi destruye su familia estaba aprobando una relación entre sus dos hijas, Julieta de verdad temió que su madre se hubiera vuelto loca después de tantos traumas, incluso Agustín lucia normal.

Ella no podía entenderlo, incluso después de dos meses y medio aun no era capaz de entenderlo, no entendía cuando paso ni como, Mirabel se veía feliz, Isabela se veía feliz, pero Julieta no podía sentirse feliz, se sentía enojada, triste, confusa entre muchas cosas.

Sabía que eventualmente Mirabel se enamoraría de alguien y se casaría con esa persona, pero nunca imagino que esa persona seria Isabela, más cuando hace menos de un año ellas dos no podían estar juntas en una habitación sin discutir, en el fondo sabía que ninguna podía odiar a la otra, es más ella misma tenía peleas con Bruno y Pepa y era normal, incluso sabía que en sus riñas Isabela no lastimaría a Mirabel de ninguna manera por que siempre que discutían Isabela nunca dijo nada demasiado hiriente, incluso fue testigo de cómo intimidaba a los que acosaban a Mirabel.