Prefacio

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En un restaurante en el centro de Seúl, una joven tailandesa caminaba buscando la mesa número 18.

Lalisa lo había esperado todo menos una carta de la mismisima Jennie Kim diciéndole que quería verla y que por favor accediera a reunirse con ella en su restaurante favorito, la carta decía lo siguiente

Querida Lisa

Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos, en verdad te he extrañado mucho, me gustaría reunirme contigo para hablar sobre todo lo que pasó y nunca pudimos discutirlo claramente.
Si quieres y tienes las mismas ganas de arreglar cualquier malentendido, te estaré esperando el sábado 20 de diciembre en "Bloom Restaurant"
Espero que puedas venir

Con cariño
Kim Jennie

Había dudado mucho sobre si presentarse o no, era cierto que había extrañado a Jennie los últimos siete años, pero esperaba que su reencuentro fuera un poco más caótico luego de todo lo que Lisa causó en la vida de la mayor, esperaba gritos y reproches, más, cuando vio a Jennie sentada de espaldas, esperando por ella, no podía creer que finalmente estuviera pasando.

Ahí estaba de nuevo, tenía el cabello más largo, pero del mismo color negro de la noche característico en ella, y aunque estaba de espaldas pudo sentirse nerviosa, como siempre, pues la belleza de aquella mujer era algo digno de admirar, y de lo que Lisa no se sentía merecedora.

La mayor sintió la presencia de alguien detrás de ella, por lo que al voltearse para verificar quien era, se encontró a Lisa vistiendo un vestido negro, con el cabello más corto, esta vez de color rubio y había dejado su frente al descubierto moviendo su flequillo a los lados para lucir su nuevo look.

- Lisa - dijo la pelinegra con sorpresa - por un momento pensé que no ibas a venir

- Si te soy sincera no iba a hacerlo, pero es justo que hablemos, aunque sea después de tantos años

- Tienes razón - se miraron por unos segundos a los ojos, queriendo decir mil cosas con la mirada, pero no lograban hacer nada más que observarse fijamente - toma asiento por favor

Lisa se sentó en la silla del frente, sintiendo aún nervios y un cúmulo de otras emociones que no podía describir

- Me citaste aquí para hablar - menciono la chica después de un rato - creo que deberíamos empezar, ambas tenemos vidas ocupadas

- tienes razón - admitió Jennie - creo que debemos empezar, donde comenzó todo

- ¿en la universidad? - pregunto Lisa

- No, mucho antes - respondió la mayor antes de volver a hablar con tranquilidad y nostalgia - ¿recuerdas como nos conocimos?

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