Crecer

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La escuela secundaria había empezado para Lalisa.

Emocionada no era la palabra que usaría para describir como se sentía, más bien nerviosa, muy nerviosa.

Lisa apenas tenía 12 años, seguía siendo prácticamente una niña, una niña muy inocente, amable y risueña, seguía siendo la adoración de sus padres y de su mejor amiga.

Además de nervios tenía miedo, el último año fue un poco más difícil para ella, puesto que Jen se graduó de la escuela primaria y entro a la secundaria, dejándola sola, aunque la mayor prometió que cuando Lisa estuviera en secundaria, todo sería igual que antes, tendiran el almuerzo juntas y mientras no estuvieran en clase, pasarían su tiempo juntas como siempre.

Su madre había hablado con ella durante todas las vacaciones, diciéndole que la secundaria era un poco más difícil pero no imposible, y que debía intentar tener más amigos que no fueran Jennie Kim

- ¡Pero no quiero cambiar a Jen mamá! - protesto Lisa luego de esa platica con su madre

- No se trata de cambiar a nadie cariño mio - dijo acariciando su cabeza - pero tienes que hacer más amigos, ¿o acaso Jennie no tiene más amigos?

- Si

- ¿Y Jennie te ha dejado de querer por ellos?

Lisa negó lentamente con la cabeza

- Ahí tienes tu respuesta hija, puedes conocer gente nueva y nada va a pasar en su amistad, te lo aseguro

Pero a la pequeña Lisa le daba mala espina ese nuevo colegio de niños ricos donde la había inscrito su mamá.

Era cierto que Jen iba en ese mismo colegio, pero eso no quitaba que la mayoría de esos niños fueran egocéntricos y egoístas, estaba segura que Jen la protegería, pero ambas estaban en grados diferentes y cuando ella no estuviera, no sabía que le deparaba el futuro.

Lisa estreno su nuevo uniforme el primer día de clases, le daba igual el uniforme o las materias, lo único que ella quería era que las cosas volvieran a la normalidad, como en la escuela primaria.

- ¿Estas nerviosa Lili? - Pregunto la mayor, y la pequeña asintió con la cabeza.

La madre de Lisa había accedido a llevar a ambas niñas a el nuevo colegio, así Jennie no tenia que pasar malos ratos con su padre cuando la llevaba a la secundaria por las mañanas.

Los padres de Jennie nunca habían estado muy involucrados en su vida, y cuando lo hacían solo era para exigirle perfección, en cualquier aspecto.

La niña tocaba el piano, bailaba ballet, hablaba 2 idiomas con fluidez, tenia el mejor promedio en uno de los colegios más caros del país y todo esto con apenas trece años.

El único refugio de Jennie era su mejor amiga y la familia de esta, con ellos se sentía querida, sentía que alguien de verdad veía por ella y que no estaba tan sola como antes.

Ambas niñas iban en los asientos traseros del carro de la mamá de Lisa,  tomadas de la mano como era usual, la menor movía su pierna con desespero, tratando de calmar sus nervios de esa forma.

Cuando llegaron a el colegio, las niñas bajaron del carro y se despidieron de la señora Manoban.

Jennie soltó la mano de Lisa cuando estuvieron frente a la entrada del colegio, y salió corriendo hacia un grupo de niñas de su edad, eran tres, que se veían más o menos como todos ahi, llenos de dinero.

- ¡Hola chicas! - saludo Jen con entusiasmo - ¿Como les fue en vacaciones?

- Muy bien, aunque me pudo ir mejor, tuve que estar encerrada con mi hermana todas las vacaciones - Se quejo una de ellas

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