𝐒𝐇𝐄𝐋𝐓𝐄𝐑 𝐀𝐓 𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 || Rooney sobrevivió, ni siquiera ella sabía cómo, lo único que en lo que no dudaba era que, en las peores situaciones la comida de gato no era tan mala como decían y eso ha Buddy, no le gustaba.
Aparentemente encontra...
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01. encuentro
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LOS sonidos de las aves cantando relajaban a Rooney, esta, estaba tumbada en el suelo, rodeada por infinitas hojas que caían de los árboles, cerrando sus ojos por milésima vez en estos últimos minutos sin fiarse de lo que había a su alrededor. Aunque en más de una semana tan solo se había encontrado con dos Biantes, aquellas criaturas violentas. Ro se encontraba completamente sola en su pequeña y corta vida.
Un maullidole hizo volver abrir los ojos, Buddy, su adorable y monstruoso gato blanco, que con tantos meses sin bañarlo tenía un color crema, y sin el ojo izquierdo dejaba en el suelo una ardilla pequeña. Suponía que con ese detalle dejaría de comer sus latas y cocinaría el animal para ella.
Rooney nunca pensó tener a un gato como el único acompañante de su existencia, para ella, habían pasado siglos desde que se alejó de su casa al ver como su querida madre se comía a trozos a su hermano pequeño. Su padre, no supo nada más de él desde la noche anterior de la tragedia. Podía decir que lo había superado, pero se encontraba en una parte escondido en su corazón.
Tal vez sí esperaba que algún día de aquellos una catástrofe pasaría, o eso pensaba, no tenía otra idea para relacionar que su padre le enseñara a disparar. Le tenía miedo a la muerte, otras veces quería morir, y otras tan solo, quería agarrar a Buddy e irse a un lugar tranquilo.
Una risa socarrona se escapó de su boca.
— Gracias, Bud, espero que lo disfrutes.
El felino al momento le maulló más grueso, haciéndola rodar los ojos.
— Comeremos después, ahora toca ir a la guarida —se levantó mientras se sacudía los restos de hojas.
Agarró a Buddy y lo metió en su mochila, quedando fuera su cabeza para que pudiese ver, y a pasos torpes volvieron hacia su casa. Al mismo tiempo que caminaba daba pataditas a las piedras que se encontraban por el sendero.
