l'antra dimensione

159 16 26
                                    

Cuatro días seguidos habían pasado sin que Hajime Kokonoi lograra descansar en lo más mínimo, esto era sencillo de notar, sus débiles movimientos, pálida piel y marcadas ojeras hablaban por su cuenta.

Aquellas 96 horas habían sido dedicadas a una sola cosa trabajo. Un trabajo como ejecutivo en un importante negocio al que se dedicaba día y noche, sin tener descanso mayor a los 5 minutos que duraba el prepararse un café.

Estaba harto, ¿Por qué todo había acabado así?, con un trabajo explotador, miradas juzgadoras de sus compañeros al ver su estado, solo, sin la más mínima compañía o persona que sintiera el más mínimo cariño genuino por él, pero con buena paga cual de nada le sirve, tomando en cuenta que no puede disfrutar de ni un día de su vida desde que aceptó ese maldito trabajo.

Suspiró cansado, viendo como los segundos del microondas de la oficina retrocedían a lento paso, odiando su estúpida vida. A veces le gustaba pensar en otro mundo, otra dimensión.

Juraba que de poder ahora mismo hacía sus maletas y escapaba a aquella dimensión, estaba harto de todas las caras grises, quería un mundo rosado lleno de color, donde el amor no se compre con cifras, donde bailaría la danza de la vida con un dulce ángel hasta poder dormir rendido entre sus brazos. Donde no exista corte o cicatriz alguna que esa bella  pasión sea incapaz de curar.

Un agudo y molesto sonido interrumpió su pensar, el tiempo había pasado y con algo de esfuerzo tomó la taza de dentro de el aparato. Sin embargo, no duró mucho tiempo, ya que al darse la vuelta su pálida mano empezó a temblar.

Un fuerte sonido llenó la habitación, siendo concretos, era el sonido de una taza rompiéndose y un líquido salpicar, el blanco  piso y una pequeña parte de la pared ahora estaban manchados de tonalidades amarillo y café.

 No tardó en ganar algunas miradas de asco de las personas a su alrededor, quizá incluso hayan dicho algo pero él no había alcanzado a escuchar. De cualquier forma, no tardaron en retirarse de esa zona.

- Carajo - Se quejó con molestia, parece que le había salpicado un poco, su traje ahora estaba sucio. ¿Tan débil se encontraba como para ser incapaz de levantar una mísera taza?.  Debía estar exagerando, fue su conclusión, o quizá simplemente no quería pensar en ello y  simplemente volvería a trabajar.

Esa racha era tan maravillosa que ahora la pantalla de su ordenador estaba defectuosa, no podía leer nada de aquel trabajo que llevaba horas preparando, todo estaba borroso, lo único que podía diferenciar eran los colores que la componían al igual...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa racha era tan maravillosa que ahora la pantalla de su ordenador estaba defectuosa, no podía leer nada de aquel trabajo que llevaba horas preparando, todo estaba borroso, lo único que podía diferenciar eran los colores que la componían al igual que los del reflejo que se mostraba en la misma. 

Intentó levantar su mano para reiniciar aquel computador, pero esta no reaccionó. Su mirada se volteó en dirección de su propia extremidad, pero, ¿por qué seguía viendo tan borroso?.

Otro golpe sonó proviniendo de aquel pelinegro, su cabeza ahora pesaba mucho, no pudo levantarla más, había chocado contra su escritorio. Tampoco le fue posible mantener los ojos abiertos, simplemente no podía. Algo tan sencillo como abrir los parpados  ahora le era sumamente imposible.

ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ - ᴋᴏᴋᴏɴᴜɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora