Eran justo las once de la noche, un joven chico de mirada azulada se encontraba caminando sin rumbo por las calles de Tokyo, se sentía un poco enfermo y solo quería tomar algo de café con un poco de pastel en esa fatídica noche.
Se supone que esa iba a ser la mejor noche de su vida, entonces ¿Por qué se sentía tan mal?
La respuesta tenía nombre y apellido, y para su mala suerte esa persona seguía tomando toda su mente aunque estuviera seguro que este no se preocupara ni un poco por como estaba.
¿Debería parar de pensar solo en él?, tal vez
"Algún día dejare de estar enamorado de él."
Se repetía una y otra vez, pero su necio corazón no cooperaba, además sabía perfectamente que no iba a ser fácil soltar a la persona que ha amado por tanto tiempo en silencio.
No sabía exactamente cuanto tiempo había estado caminando sumido completamente en sus pensamientos, pero ya estaba en una de las tantas calles del centro, no identificaba que calle era por lo que necesariamente sacó su teléfono para llamar a su hermana.
Al sacar su teléfono tenía 32 llamadas perdidas y 85 mensajes por parte de cierto pelinegro que simplemente decidió ignorar, ya había tenido suficiente esa noche.
Buscó el contacto de Akane y al encontrarlo le marcó. Se quedó esperando unos segundos en lo que su hermana contestaba hasta que esta respondió muy animada.
-¿Qué se te ofrece hermanito?
-Puedes venir por mi por favor
-Claro, ¿sigues en la graduación?-Preguntó la pelirubia
-Me salí hace una media hora y estoy en el centro, no te sabría decir donde exactamente.
-Ve a Google maps para saber tu ubicación y mandamela-Le pidió y al recibir lo solicitado nuevamente habló- Tienes mucho que explicarme hermanito.
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Después de una hora llegaron al departamento que ambos compartían.
Inui era consciente de que tenía que explicarle muchas cosas a la rubia, pero se sentía tan cansado que solamente quería dormir para no despertar en un buen rato.
Se quitó los zapatos en la entrada y se dirigió directamente a su cuarto, Akane se mantuvo en silencio y dejó que se fuera a descansar, ya tendría tiempo para saber con lujo de detalles el porqué su hermano se encontraba decaído, pero tenía una ligera sospecha de quién era el culpable.
-Descansa hermanito-Fue lo último que escuchó antes de que la puerta de su habitación fuera cerrada.
Se despojó de sus prendas para ponerse su pijama favorito, después se aventó a su cama para poder descansar, cosa que logró en poco tiempo solo que al parecer la vida estaba en su contra ya que a las pocas horas se tuvo que levantar para ir por un vaso de agua.
