Reffus Holmes, es la cuarta herma Holmes, melliza de Enola Holmes.
Al cumplir los 8 años de edad uno de sus hermanos mayores, Mycroft Holmes, arrebató a Reffus de su madre y melliza para llevársela a Inglaterra.
Allí Reffus vivió episodios traumá...
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the biggest family issues;,,
— Esto es una idea terrible. Empeora cada vez que nos acercamos. — Tewkesbury habló cuando ya estaban entrando a la gran mansión, Emma y su hermano no podían parar de pensar en lo grande que era.
— Este lugar a oscuras es tenebroso y seguramente peligroso. — Opinó Emma.
— ¿Qué hacemos acá? — preguntó con el vehículo ya estacionado. Enola a través de la oscuridad conectó sus ojos en una mirada tensa. Los adolescentes empezaron a bajar del vehículo lo más silencioso posible.
— A diferencia de otras damas no me enseñaron a bordar. Nunca hice rosas de cera, cocer, ni manualidades. Me enseñaron a oír y observar. Me enseñaron a pelear. Mi madre me preparó para esto. — Reffus se tensó cuando escuchó a su hermana, a su costado el de rulos frotó su espalda demostrándole, como siempre solía hacer, su apoyo. Enola miraba muy segura a los cuatro restantes. —Confíen en mí, encontraré las respuestas que necesitamos.
— ¿No sabes bordar?— Preguntó Tewkesbury con una sonrisa graciosa.
— Bordar es inútil. — Reffus con la cara más segura y seria que pudo hacer avanzó dejando a los otros unos pocos pasos más atrás, los demás intercambiaron miradas confundidas a las cuales Timothée respondió siguiendo a su mejor amiga.
— Hagamos esto. — Respondió Emma siguiendo a su hermano, los dos restantes repitieron su acción.
La mansión Basilwether estaba a oscuras excepto por los finos rayos de luz que les brindó la luna esa perniciosa noche. Mientras los cinco adolescentes más se adentraban más miedo tenían.
— ¿Y los sirvientes?— Preguntó Tewkesbury extrañado.
— Bienvenido al futuro. — Bromeó Timothée esperando que su amiga sonriera al menos, pero no lo hizo.
— ¿MADRE? — Llamó el vizconde pero nadie atendió a su llamado.
— Algo muy malo está pasando. — Dijo Reffus mientras se adentraba al vestíbulo siendo la guía del resto.
— Saben que estamos acá. — Finalizó Enola la tesis a la que su hermana quería llegar.
— ¡ABAJO!— Gritó Reffus al ver el reflejo de la luz de la luna en el metal del rifle. Las balas fueron disparadas desordenadamente en su dirección. Se cubrieron la cabeza y se pegaron aún más al piso. Timothée tomo a Emma de su hombro y a Reffus del suyo para que sus cabezas no se asomaran tanto de detrás de la mesa en donde se escondían.
— ¡CORRAN!— Gritó Enola y Tewkesbury la siguió hacia una de las puertas que lamentablemente estaba cerrada, impidiendo así la huida de los jóvenes. Pero Reffus corrió hacia el otro extremo de la mansión seguida por los hermanos Royal hasta una especie de cuarto pequeño.
