Cinco besos (Kyojuro x Iguro)

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(Rengoku kyojuro)

Últimamente Iguro ha estado distanciado de mi, no es como si tuviéramos una buena relación como tanto de compañeros o amigos, solia venir a la casa, hablaba con padre un rato, eso hacia que aveces a el se le levantará el ánimo, pocas la veces aceptaba a quedarse a comer, solía  comer solo la poca comida que senjuro le ofrecía cuando el se retiraba. Pero. . . Se iba antes de que yo llegará, no alcanzaba a verlo, eso me decepcionaba  un poco, en las juntas no es tampoco como si lo viera mucho tiempo. No me dirigí la palabra, no es como si yo también le dirigiera la palabra.

Suspire al pensar que le estaba pasando a este chico, algo serio había pasado. Nunca lo había visto así, bueno una vez, cuando Mitsuri lo rechazó gracias a su desprecio que le tiene a Tomioka, esa vez si estaba mál. Por suerte con ayuda de kaburama,Sanemi y en parte yo, lo ayudamos. Aunque no se si lo mío fue ayuda, pero ese no es el punto.

Estaba en el patio entrenado, mirando un poco los alrededores, estaba aburrido. Tenía ganas de dormir, o sea sueño, eran las tres de la mañana y no se que hacia despierto a esta hora. Tenía que despertar a las cinco de la mañana para ir a una misión de reconocimiento.

Parecía que iba a dormir en el patio y luego sin camiseta no era algo tan factible para mi salud.  Unas fuertes pisadas en los pasillos, alertaron mis sentidos, quería ir a investigar pero la persona responsable se paro frente de mi, creí con honestidad que se trataba de mi padre o solo tal vez senjuro.

—¡Iguro!, Que sorpresa amigo? — Dije al ver la silueta de iguro acercándose al jardín.

—¿Eh?, Si, si — Dijo levemente para acercarse lo suficiente a mi, no lo tanto para no parecer otra cosa.

Nos quedamos mirando uno al otro como tontos, varios segundos mirando aquellos ojos bicolor que hacía días que no veía. Pero para cuando me quise darme cuenta, las respiración entre nosotros se mezclaron, iguro se había desecho de sus vendas en unos segundos, la distancia entre ambos se hacía menor y nuestros labios rosaban.  Efectivamente, Iguro me había besado. No era por nada pero me separe al instante.

Iguro se fue de nuevo y me dejó con el "¿que? " a medio decir.