Sinopsis: Tesla no duerme, no puede dormir. Tiene algo que necesita terminar, algo que cumplir. Tal vez por una vez en su miserable existencia, sus inventos puedan ser reconocidos por lo que realmente son. Estás tratando de probarte a ti mismo antes de que el mundo llegue a su fin. Y si eso significa absorber todas las formas de toxicidad que tu enamoramiento de la infancia tiene para ofrecer, entonces que así sea.
Advertencias: Suicidio implícito (pero solo si entrecierras los ojos y lees entre líneas) desordenado, críptico y autocomplaciente.
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Desde que Tesla podía recordar, había estado hecho de verdades a medias y polvo de tiza, estática perdida en el aire y corrientes eléctricas corriendo en lugar de venas.
Su cuerpo no es más que un diario, hecho para desentrañar las leyes del reino científico, hecho para desenterrar lo que hay más allá de la luz. Nacido para domar el futuro y todas sus incógnitas.
Nikola Tesla no es un ser humano, se deshizo de tales restricciones hace décadas, o más bien un siglo. Es simplemente una cadena de pensamientos que corren desenfrenados, simplemente la manifestación física de teorías y descubrimientos. Cosidos juntos en el lienzo de carne humana y frágiles huesos de cartílago.
No, Nikola Tesla no ha sido humano por mucho tiempo. Cuanto más se prolongaba su miserable existencia, más flaqueaban sus lazos con los mortales. Cuanto más se distanciaba, más se convertía en una abominación simulacro como las escritas en alguna obra "científica" abstracta.
Si pudiera, tallaría sus teorías en su carne, se desgarraría y alimentaría con pedacitos y pedazos de su alma a sus inventos, sus creaciones, sus legados. Solo se ha sentido vivo en las profundidades de su laboratorio. Cuando sus dedos estaban encerrados alrededor de un bolígrafo, un destornillador, una bobina de alambre.
Algo que demostraba que tenía un maldito propósito cuando jugaba a ser Dios con corriente eléctrica roja y campos magnéticos polarizados.
Es un hecho rara vez mencionado, pero una verdad profundamente arraigada en la mente de todos los seres vivos. Porque cuando un humano pierde su humanidad, la locura no se queda atrás.
Porque si no, por las creaciones, la salida de los interminables y enloquecedores pensamientos. Habría perdido la última línea de cordura que todavía se enredaba en su interior.
Todo se retroalimenta a la falta de humanidad, o mejor dicho, a la falta de cordura. Tesla no está loco, no de la forma en que lo retratan en los escandalosos artículos escritos sobre su supuesta "vida".
Nunca ha matado, nunca ha mutilado, nunca ha usado un solo invento para el mal o el mal. Nunca quise dinero, nunca soñé con la fama. Simplemente quería crear. Para construir. Para ver el futuro desplegarse frente a sus ojos desvanecidos.
