Cap.4

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Todo el lugar se encontraba envuelto por un azul cielo sumamente brillante. Luz, la cual parecía provenir de los ojos y bocas de almas en pena, cegaba a cualquiera que la mirase fijamente, y dejar sordo a todo aquel quien escuchase sus gritos de angustia y desamparo. Nubarrones de un vapor o humo turquesa actuaba en forma de niebla sobre el claro, acompañado por un tétrico silencio y un frío extremo.

El joven aprendiz de pelo oscuro sentía el agarre de su maestro sobre su pálido cuello, cortando su ya débil respiración a la mitad. MK trató con todas sus fuerzas decir algo, de gritar, de rogarle a su maestro que se detuviera. Pero con cada intento, la mano de Sun Wukong se cerraba más y más.
El chico se vio envuelto en un pánico repentino cuando ya no quedó ni una pisca de aire dentro de sus pulmones. Movía sus extremidades frenéticamente tratando de liberarse; en vano. Finalmente, cuando su mente empezó a desvanecerse, y su precaria vista a nublarse. Aflojó el agarre de sus manos, y cerro los ojos.

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Un fuerte grito lo devolvió de golpe a la realidad. Era su maestro. El bosque permanecía en las mismas condiciones desde la última vez. Y el demonio con apariencia de ave continuaba observándolos desde la distancia. Su maestro se encontraba en cuclillas frente a él con los puños cerrados, y Macaque no se encontraba muy lejos. Su cuerpo se veía tenso y su cola se meneaba de lado a lado con recelo.

-Pero miren a quienes tenemos aquí
-exclama el demonio ave, paseando su mirada entre los otros 3 presentes-.
¿Eres tú Sun Wukong? ¡Cuando tiempo!

Su tono de voz se notaba forzado y lento con algo de sarcasmo. Como si tratara de sonar amigable. Trataba al maestro como si fuesen viejos colegas. Aunque el aludido no pareció demostrar la misma gratitud.

El hombre no les quitaba la mirada de encima, sobre todo a MK. Sus pupilas desiguales no inspiraban más que oscuras intenciones mientras se fijaban en el joven aprendiz. Éste, ansioso, trataba de desviarla observando el pasto bajo él.

-¿Es eso un humano? -preguntó. Su voz se oscureció de pronto. Y su rostro se relajó.

El rey mono permaneció en silencio. MK no alcanzaba a ver su expresión. Pero adivinó lo tenso que se encontraba su maestro con solo observar su postura.

Cuando el demonio dió unos cuantos pasos hacia ellos, Sun Wukong acercó su mano a su oreja. Y mientras se ponía de pie de un salto, invocó su bastón dorado, y apuntó directamente hacia el hombre.

-Ni un paso más -ordenó. El demonio se detuvo. Pero su rostro no se inmutó, y permaneció tranquilo.

-No hay necesidad de alterarse -aseguró el hombre, alzando sus manos a la altura de su pecho-. Yo no vine a hacerles daño.

Su vista paseó hacia Macaque antes de dirigirse nuevamente hacia los otros dos.

El aún desconocido sujeto parecía vigilar hasta sus respiraciones. Y su cálida actitud no hacía más que ponerles los nervios de punta. Nadie tenía idea de lo que aquel hombre era capaz de hacerles, y claramente no era seguro para un mortal como MK.

Su maestro giró lentamente su cabeza hasta cruzar mirada con su aprendiz. El maestro, con un movimiento de su pupila, le indicó a al chico que se escondiese entre los árboles cercanos, y afortunadamente MK captó el mensaje. Ambos regresaron su atención hacia el demonio ave, quien no les había quitado la mirada de encima en ningún momento. De pronto, el hombre abrió los ojos como platos mientras inclinaba su tronco hacia al frente, y rápidamente se giro hacia Macaque. MK logro divisar una leve sonrisa en su pálido rostro.

-Espero que su sabor resulte más agradable que su actitud -musitó.

Al alcanzar a oír lo anterior, Macaque y el rey se colocaron en posición ofensiva, listos para abalanzarse sobre el demonio. El maestro se giró hacia su aprendiz.

🌕 [ ~ 𝐵𝐿𝒜𝑀𝐸 ~ ] 🌑 [LMK AU] | PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora