V: Si te pierdes en un centro comercial, alza las manos y serás más fácil de ver

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¡¿Qué?! - ¡Ahh! - ¡¿Esa bola deslumbrante de perdición es el Sol?! - Samanta apenas había dado unos pasos fuera del edificio. Se escondió detrás de mí, tratando de que no le diera el sol.

¿Eh?- ¿Sí? Ese es el sol, ¿no lo habías visto desde las ventanas?

¿Creo? ... - Ella alzó su cabeza por detrás de mi hombro, y se volvió a esconder - ¡Au! ¡Duele cuando lo miro! ¡¿Por qué?!

¿Porque el sol brilla? Oye- ¡no debes mirar directamente al sol! ¿Acaso- ... - Entonces me di cuenta. - Ustedes no tienen un sol allá abajo, ¿no?

¡No! - Me contestó. Poco a poco dejó de esconderse detrás de mí y se paró a mi lado - Y, eso, el cielo, es tan... ¡abierto! Es tan amplio y a donde quiera que miro no veo si comienza o acaba... H-He leído sobre estas cosas pero nunca me imaginé que fuera... así, ¿sabes? Es tan espacioso, se siente sobrecogedor...

¿Ustedes viven en cuevas o algo así, como un lugar subterráneo?

Sí, algo así... Si uno mira hacia arriba siempre encuentra un límite, un techo, pero aquí... -Samanta comenzó a mirar al cielo, no con miedo o sorpresa, sino como pensando en algo. - Wow, y eso continúa hasta llegar al espacio, ¿verdad? ... ¿Qué tan lejos... está el sol?

Bueno, eso está mucho más lejos de lo que parece... Si el cielo aquí te parece grande, el espacio hace a la tierra parecer muy, pero que muy pequeña.

Ella volteó a mirarme. Tenía la boca entreabierta de la sorpresa. Sus ojos, llenos de curiosidad por lo que hay más allá. Miró al cielo una vez más. - ... Las nubes, son muy bonitas... - Volteó a verme y preguntó con incredulidad en su voz - Oye, ¿es cierto que los humanos fueron más allá de las nubes y pararon en la Luna? Porque eso suena como algo que los humanos harían.

Sí, de hecho fueron varias veces. - Respondí. Un par de autos pasaron por la carretera de al frente. - ¿A qué te refieres con "algo que los humanos harían"?

Bueno... Ya sabes, tienen esa... - Samanta chasqueó los dedos mientras buscaba la palabra correcta. - Es como ambición, pero un deseo de "hacer cosas". No solamente se conforman con lo que ya tienen sino que constantemente siguen construyendo cosas, buscando, inventando... Cambiando. - Samanta paró un momento y se puso a observar los autos que pasaban frente a nosotros - Hablando de cambios, ¿qué hacemos parados aquí como almas desgraciadas? ¿No íbamos a ir a ese centro de comercios?

Sí, estamos esperando el bus. Debería venir en unos minutos.

...¿Qué es un "bus"?

Parpadee en incredulidad un par de veces. Luego recordé qué Samanta no era de aquí. - Un bus es un auto pero más grande. Para más personas. Y público, cualquiera se puede subir.

...¿Iré contigo, verdad? Apenas puedo recordar las calles en casa, ¿crees que voy a poder llegar sola?

Obviamente Samanta, yo tampoco tendría idea de llegar al centro comercial si no me hubiera enseñado mi mamá. De hecho, sé llegar de aquí a casa de mis padres, la universidad, el centro comercial, de regreso, y...

Sí, te entiendo. - Entonces añadió, con sinceridad pero con amargura en su voz. - Simplemente no dan ganas de salir algunos días.

O todos los días. - Le respondí.


Samanta soltó una risita. Es gracioso porque es cierto.

En un par de minutos, como era de esperar, llegó el bus y finalmente tomamos asiento.

¡Mi compañera de cuarto es una demonio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora