Princess ៹𖤐

Capítulo 8

W O N Y O U N G

— ¿Está bien si mañana nos juntamos en la fuente de la plaza y vamos juntas a la escuela? — Fueron las palabras de ella, mi Jinnie, aun no puedo creer que la tenga aquí conmigo.

Nunca pensé que lograría encontrar a Jinnie, aquello siempre fue un sueño lejano para mi, pero aquí estoy ahora, junto a ella, siempre estuvo cerca de mi y no me di cuenta.

Un segundo.

Si Yujin es mi Jinnie, eso significa que...

— ¡An Yujin! — Exclamo lo suficientemente fuerte como para que ella de un brinco en su lugar y me mire asustada.

— Si todo este tiempo sabías quien era, ¿por qué razón me tratabas de esa forma tan, tan indiferente? ¡Pensé que me odiabas!

Ella solo ríe tímidamente y se sienta en el columpio del jardín, apropósito, ambas estamos en mi casa, no se como pero Yujin terminó convenciéndome de regresar con mis padres aún después de que le contara lo que sucedido, ella no dejo de decirme las mil y una razones para volver con mi familia.

Vaya sorpresa que cuando llegamos no había absolutamente nadie en casa, así que le pedí a Yujin que se quedara conmigo en lo que llegaban mis padres, ella accedió por supuesto después que la mirase con un puchero.

— Tampoco es para que te enojes, no es como si te hubiera estado molestando, además ¿sabes porque no te hablaba o te trataba como el resto? — Niego.
La verdad es que creo conocer sus razones por las que no se acercó a mi nunca en plan amistoso, al menos hasta ahora, pero quiero escucharlo de ella.

— Todos te tratan como la realeza, desde el primer día te convertiste en la princesa de toda la escuela, supuse que si yo te seguía tratando de esa forma ya no sería especial, además tu eras la que me ignoraba cuando quería hablar contigo.

— ¿¡Yo!? ¿Qué estás diciendo? Si cada vez que nos cruzábamos me insultabas o me tratabas con frialdad, creo que estas confundiendo las cosas. —
Me expreso y, no puedo evitar sorprenderme por su expresión y las palabras que salieron de sus labios después.

— ¿Se te olvida como hablabas de mi con Minju, quien no solo es tu amiga, sino mi hermana?

Iba a defenderme ante su acusación repentina, pero las palabras no salían de mi boca y, sumándole a eso la información nueva sobre Jinnie que acabo de obtener, estaba bastante impactada.

— ¿Wonyoung? ¿Wonyoungie? Oye, no me digas que ¿no sabías que Minju es mi hermana? — Asiento en señal de respuesta, ella solo se limita a soltar una risita, a lo que yo me muerdo el labio y frunzo el ceño por su reacción. — ¿De verdad no lo sabias? ¿No te parecía raro que llegáramos juntas a la escuela?

— No. Supuse que eran amigas, ¿cómo se suponía que iba a saber algo así? ¡Tienen diferentes apellidos!

— Oh~ Es verdad, pero todos lo saben, Minju y yo tenemos la misma mamá, pero diferente papá.
¿Ella nunca te lo dijo?

— ¡No! Quiero decir, si mencionó que tenía una hermana, pero ¿cómo iba a saber que eras tu?
Tampoco soy adivina.

— Ya, no te enojes, no eres una princesa que se enoja por todo, al menos yo te recuerdo como una princesa llorona y que le tenía miedo a casi todo.

— ¡Ya deja de molestarme! Eso era antes, ya no lloro y, además, ya supere muchos de mis miedos. —Aclaro con una sonrisa y ambos brazos en mi cintura. Ella solo ríe y, antes de que fuera decir algo, me adelanto y digo lo primero que se me viene a la mente para aclarar mi punto.

— Ahora puedo, ¡puedo subir más rápido que tu a los árboles!

— ¿De verdad? Creí que le tenías miedo a las alturas.

— Eso era en el pasado. ¿Por qué me miras como si no me creyeras lo que te digo?

— Porque no te creo.

— Pues~ ¡Te reto a subir primero que yo, al árbol donde nos conocimos!

¿Por qué dije eso?

Era obvio que Yujin iba a aceptar y, ahora estamos ambas frente al árbol donde nos conocimos ese día, ella me dirige una mirada y luego vuelve a mirar el árbol, sé por el brillo en sus ojos que recuerda ese día al igual que yo, pero los recuerdos no son suficientes para que se olvide de mis palabras de antes.

— ¿No vas a trepar el árbol? Dijiste que ya no te daban miedo las alturas y que podías subir a los árboles mejor que yo — ¡Ya sé lo que dije! Dios,
¿En que estaba pensando cuando dije aquello?

— ¡Ya voy, ya voy! Dios, que impaciente es la señorita An Yujin. — No voy a mentir diciendo que no me da miedo subir sola, cuando pequeña me subí pero porque Yujin ya estaba arriba, ahora es diferente, ella se quedara abajo y subirá una vez yo este sentada en una de las ramas del árbol.

— No lo hagas si tienes miedo, ya sé que estabas mintiendo cuando dijiste que podías.

— ¿Quién miente? Mira, ya estoy subiendo.

— Wonyoungie, literalmente, no haz ni tocado el árbol y ya estas temblando.

— Hace frio, ¿sí?

— Dios, no puedes ser mas terca. — Mira quien lo dice. Antes de que pueda decir algo para defenderme, siento como ella me toma de la mano y me dirige hasta el árbol.

— Subamos juntas, como en los viejos tiempos ¿te parece?

No necesito decir nada, pues ella entiende solo con mirarme mi respuesta a su pregunta y, ya sin ningún otro inconveniente, ambas nos subimos a aquel árbol hasta sentarnos sobre una de las ramas mientras observamos como se pone el sol a esta hora del día.

— Respondiendo a tu pregunta, en lugar de juntarnos en la fuente de esa plaza, ¿porqué mejor no vienes a buscarme a mi casa y nos vamos juntas a la escuela?

— ¿No le molestara a tus padres?

— Da igual lo que ellos piensen, somos amigas ¿no?
Además ya estoy grande como para hacer lo que mis padres quieran.

— Está bien. ¿Paso por ti mañana?

— Lo esperare con ansias, Yujinnie.

Cuando creía que nada podría arruinar este momento, nuestro momento juntas, ambas nos sorprendemos al escuchar un crujido, ¿por qué pensamos que sería buena idea subirnos a un árbol que tiene años aquí? Y, para empeorar las cosas, el sonido de la puerta y las voces de mis padres se hicieron escuchar desde dentro de la casa.

¿Qué más falta? ¿Ahora la rama donde estamos sentadas termina de romperse y ambas caemos sin
ninguna seguridad?