Ⓔⓝⓞⓜⓐⓡⓐⓝⓓⓞ ⓐ ⓤⓝ Ⓞⓛⓨⓜⓟⓤⓢ- HaQin

Capítulo 2- ¡𝕿𝖊 𝖖𝖚𝖎𝖊𝖗𝖔!

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La noticia llegó tan rápido como la alas de un colibrí al despegar en pleno vuelo, los demás Dioses se sorprendieron ante tal suceso pues no cabía la sorpresa que produjo en cada uno de ellos. ¿Acaso los humanos eran tontos?¿Perdieron la cabeza?

¡Ilógico!

Sonaba para ellos que los mismos que desearon aniquilar pedían revivir a los luchadores de ambas partes en especial de ellos, que desearon su propia exterminación; estupefactos no quisieron indagar más aquello ya que querían de nuevo a sus Dioses y con ellos el equilibrio perdido, pues cabe aclarar que debido a la ausencia de estos mismos tuvieron que reemplazarlos otros.

Y así, tras el deseo de los humanos Zeus le pidió a Quetzalcóatl Dios Azteca y Tánatos éste deseo, quiénes no estuvieron presentes en el Ragnarok debido a sus opiniones de dicha contienda, sin embargo accedieron a tal petición cuando fue escuchada. Juntando sus fuerzas lograron traer a los tan aclamados personajes; se sabe que no fue fácil pues se necesito de ambos para lograr que los fragmentos de alma ya inexistentes de entre la vida regresarán.

Es así como los participantes se encontraron desconcertados al momento de aparecer en medio de la sala del Olimpo, casa de Zeus. Tanto humanos como Dioses se miraron sin saber qué o cómo llegaron; a esto Zeus se acercó.

—Me alegra verlos de nuevo a todos, y mucho más a ustedes hermanos míos —se acercó a Hades quién le miró dudoso.

—Igualmente Zeus, dime qué ha sucedido porqué —la pregunta quedo a medias pues la impresión era grande para los presentes.

—Cómo supondrán los humanos ganaron—ante esto los mencionados se alegraron—y los mismos pidieron que regresaran tanto ustedes como ellos—se agarro su barba acariciandola lentamente—¿Acaso no son intrigantes los humanos?

Hades y los demás se asombraron realmente la humanidad consiguió la victoria sobre los dioses, ante seres perfectos. Tal vez no lo eran.

Los humanos se abrazaron entre ellos, sonriendo y celebrando ignorando todo lo real, entonces Poseidón harto de todo y con una mezcla de sentimientos de impotencia decidió irse; Hades a diferencia de los demás viéndolo irse quiso ir tras él pero decidió darle su espacio. Después de todo una derrota para su hermano y más con un humado de reputación cuestionable era peor que cualquier herida que se hubiera hecho, distrayendose vio a los mortales felices de su victoria.

El padre de la humanidad tomó la iniciativa de hablar carraspeando su garganta.

—Entonces, significa que mi descendencia y yo podemos regresar al Valhalla con los demás—cuestionó con su expresión apacible.

—¡Claro pequeño mortal!—dictó Zeus.

Al retirarse, Hércules a hurtadillas fue tras ellos, pues deseaba ver a pequeña Geir y su hermana Brunhilde para reclamarle y agraderle por todo. Zerofuqu que por fortuna lograron regenerarlo les siguió pues quería reecontrarse con Budha y hablar bien lo pasado. Por otro lado Odin solo permaneció en silencio y se retiro sin palabra alguna.

Hades tenía tanto trabajo que hacer, pues una vez vivo de nuevo regresar a su puesto iba a ser una tarea ardua por el trabajo acumulado. Así que, decidido a volver a lo suyo camino por los gigantescos pasillos del Olimpo hacia su oficina en el Inframundo.

Entre sus pensamientos vinieron bastantes cosas. Una de ellas era vérselas con el demonio de las Moscas, de quién se entero que ocupo su lugar; además saber que Poseidón vivía le traía una inmensa paz.
Se paro cerca de una fuente dentro del Panteón, y queriendo disfrutar de esos posibles minutos de paz y tranquilidad se sento en la piedra, escuchaba con suma calma el ruido que hacían las gotas del agua al chocarse entre si, las aves cantando y el sonido de pasos combinaban bastante bien.