Capítulo 6: 🥀 El Milagro🥀

37 17 43
                                    

Sentada con sus pies cruzados, su pose daba a ver lo tranquila y concentrada que se sentía su mente. Un campo de fuerza en forma de círculo, brillante con un poder increíble permanecía a su alrededor.

Aurora abre sus ojos de momento, su cuerpo era liviano mientras flotaba en el aire. El campo de fuerza que la rodeaba crecía cada vez más; el suelo negro y frío se convertía en húmedo y verde, maticas silvestres y flores yacían de el. Los árboles carbonados y sin vida con sus ramas secas se habían transformado en árboles llenos de vida, ramas con hojas pequeñas nacían de cada una de esas ramitas.

Esa increíble magia se extendió en todo el Bosque del Olvido quedando este completamente diferente a lo anterior, Aurora agotada por haber usado un poder tan increíble del cual ella misma ni noción tenía.

***

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

***

La Reina Suprema enseguida se dió cuenta de que un poder inmenso venía de aquel bosque, tomó a varias de sus soldados y con urgencia se dirigió a él.
El asombro inundó a la reina, al ver tanta belleza salida de ese maldito bosque, era todo lo contrario a como fue antes. Una Mariposa se posa en el hombro de aquella deidad, después de tres segundos observando a aquel insecto maravilloso, este despliega sus alas dándole vista a donde descansaba Aurora luego del uso de su poder. Estaba recostada sobre un árbol, donde miles de mariposas como esta antes mencionada la tapaban completamente.

A la Reina acercarse a ella estos animalitos salieron volando al alto cielo donde los rayos de sol daban inmensamente en su rostro. Cuando antes era solo oscuridad, ahora era rayos de luz dirigidos por el luminoso sol.

—¡Mi Reina!

Una voz suave y delicada se escuchó

—Mi querida Aurora, ¿qué hiciste?

Algo preocupada por ella se quedó muy asombrada por el logro de la chica.

—No lo sé, pero... Me siento cansada.

Su cuerpo era débil, mientras la Gran Suprema tocaba su frente haciendo que Aurora volviera a cerrar sus ojos solo con una chispa de magia.

—¡Llévenla a mis aposentos!

Le ordena a sus soldados mientras que Aurora flotaba en el aire sobre un campo de energía que la hacía descansar.

***

—¿Qué sucede mi príncipe?

Una princesa afuera del Bosque Gryde le dice a un príncipe que se sentía en la soledad, mientras recordaba un bello rostro del cual no quería olvidarse.

—No puedo creer que ya hayan pasado 3 años.

Dos manos abrazaban la espalda del príncipe.

—¡No pienses demasiado mi príncipe!

El apuesto hombre toca las manos de la chica y las quita de su cintura dando vuelta. Quedándose frente a la chica dice las siguientes palabras:

—No puedes obligarme a amarte. Amo a otra mujer y no cambiarás nunca eso. Ya pasen 3 o 10 años.

***

Allí, en un cuarto adornado de vida con flores, hermosas rosas y un gran ventana cubierta de enredaderas descansaba Aurora. A su lado se encuentra la Reina Suprema, quien personalmente vela por su sueño.

Una sombra encapuchada aparece sentada en el quicio de la ventana, la Reina Suprema se inclina ante ella.

—Mi diosa, amada diosa Artemisa. Es un honor inmerecido el tenerla ante mí

La sombra, quien resulta ser Artemisa, se quita la capucha rebelando su hermoso e inhumano rostro de tanta belleza. Sus cabellos eran de un tono negro cual noche, sus ojos de color miel y su piel delicada y tersa de un matiz blanco. Además traía consigo carcaj y flechas, puesto que entre otras cosas es considerada diosa de la caza.

—Es en verdad un milagro, ese bosque que antaño fuese uno estéril, horroroso y maldito... ahora es uno tan bello o más que cualquier otro.

La Reina Suprema asiente con la cabeza, su mirada se clava en Aurora.

—Fueron tantas las dríades que estuvieron en ese bosque, todas sucumbieron al dolor y desesperación. Ninguna aguantó tanto tiempo allí dentro, tanto como para lograr reunir todo ese poder.

—Y ese poder acumulado por esta joven deidad, le devolvió la vida a un bosque que se creía perdido—.

Interrumpió Artemisa, ocultando una sonrisa

La Reina Suprema volvió asentir, Aurora podría ser joven y sin embargo había mostrado un poderío al nivel de una dríade experimentada. Su semblante mostraba una creciente preocupación, a sabiendas de que una deidad con tal poder tenía un destino trazado.

—Solo las Moiras hilan el destino al que todos nos hallamos atados. Esta pequeña dríade posee un destino, que a mi parecer, para bien o para mal traerá consigo un cambio —.

Explico Artemisa leyendo la mente de la reina.

—Recuerdo perfectamente las leyendas mi diosa, aunque la mayoría no vive para contarlo-.

Dijo la reina, con un deje de tristeza en su voz.

Artemisa la miró con fijeza, luego su visión viajó a la joven dríade. En verdad es muy joven, una pena que en sus hombros cargarse un destino trazado.

—¿Qué pasaría si ella rompiese las reglas, si saliese del bosque o se enamorase de un humano?

La gran diosa no respondió la pregunta, dando a entender que era lo que le esperaría si así fuese. En cambio dijo otra cosa, una que jamás olvidaría la Reina Suprema.

—Incluso si ese destino rompiese las reglas, no podemos evitarlo. El destino puede cambiar, mas este siempre encontrará caminos para que se cumpla al pie de la letra-.

Con esto dicho la gran diosa desapareció, dejando a la Reina Suprema; a una dríade antigua y experimentada como ella muy preocupada. Algo en su corazón le indicaba que la diosa Artemisa decía la verdad; tarde o temprano el destino de Aurora daría paso a un cambio, si no es que ya lo estaba haciendo. Entonces se acercó a la gran ventana, donde antes estuvo Artemisa y allí se quedó; contemplando orgullosa lo que su adorada niña había logrado.

El Bosque del Olvido no volvería a ser nombrado de esa manera desde ese día.

(Saga) Legado De Sangre I: Fuerza De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora