En un mundo donde el amor debería ser libre, el de Jimin y Yoongi se convierte en algo prohibido, algo que deben ocultar. Una mala jugada del destino los ha convertido en amantes secretos, su amor escondido en las sombras. ¿Podrán resistir los obstá...
-Te lo dije Jimin, pero como siempre no le hacen caso a Taehyung- Gruñí molesto- Mírate como estas, de nuevo sufriendo por ese imbécil.
Me senté a su lado y lo abrace con fuerza tratando de transmitirle mi apoyo incondicional. Porque a pesar de estar muy molesto con él, y tenga ganas de matar a ese idiota, no quitaba el hecho de que mi amigo estaba sufriendo y verlo de esta manera realmente me dolía.
-Ya no más, Tae- Suspiró secando bruscamente sus lágrimas.
- ¿Acaso lo vas a dejar?
-Ya lo hice- Murmuro dejandome totalmente sorprendido- Él se enamoró de su esposo y solo me utilizo, eso me quedo más que claro anoche. Ya no quiero verlo, ya no- Me abrazo fuertemente escondiendo su cabecita en mi pecho y volvió a llorar.
-Ya mi Mochi, yo te ayudare a superar a ese idiota que no supo valorarte- Corrí un poco sus cabellos y deposité un pequeño beso en su frente.
-Gracias TaeTae, porque a pesar de todo siempre estuviste ahí para mí- Me regalo una de sus bellas sonrisas esas que me encargaría de mantener.
-Y siempre voy a estar, Jimin.
-Te quiero, idiota- Me dio un leve empujón y reí.
-Y yo a ti, cabeza de sapo- Lo despeine, comenzando una pequeña guerra de cosquillas, que termino al momento de escuchar un fuerte grito.
- ¡Ustedes dos dejen de jugar y pónganse a trabajar! -Ordeno nuestra jefa con seriedad.
-Si señora- Dijimos al unísono, nos miramos y reímos.
Quiero tanto a Jimin y verlo de esa manera es horrible, pero creo que por fin abrió los ojos. Y si aún no lo hizo yo me encargaré de que lo haga, sacaré de su mente a Min Yoongi para siempre, cueste lo que me cueste.
Tres semanas después
Me siento tan estúpido, después de todo lo que me hizo, no puedo sacarlo de mi mente, cada que pienso que logre borrar su recuerdo, su cara se presenta en mi mente. No he parado de llorar por las noches, maldecir a Yoongi todo el tiempo y preguntarme una y otra vez ¿Por qué no pudo amarme a mí? Me siento fracasado.
- ¿Tae ya tienes listos los archivos del señor Choi?
-Sí, aquí están, pero no te preocupes yo iré a entregárselos a la jefa, tú no te ves muy bien.
-No, ese es mi trabajo- Trate de quitarle los papeles, pero él los metió en su cajón.
-Jim, no te ves bien. En serio, déjame hacerlo, yo voy, no me cuesta nada.
-Agh está bien, pero esta es la última vez que haces mi trabajo, no me gusta que hagan las cosas por mí- Me crucé de brazos e hice un puchero, (Como generalmente hacia cuando me molestaba)
-A pesar de todo, mi lindo, tierno y metiche Jiminnie sigue ahí- Me dio un beso en el cachete el cual hizo que me sonrojara.
-TAEHYUNG- Le di un leve empujón- No hagas eso- Lo volvió hacer y reí rendido- Eres un tonto.
-Sí, pero así me quieres- Se fue dejándome con la palabra en la boca.
-Agh como te odio, Kim Taehyung.
- ¡Me amas, lo sé! -Grito a lo lejos, negué con una sonrisa.
Estaba preparando unos documentos ya que no había tenido tiempo de hacerlos, claro "tiempo" creo que si esa fuera la razón hubiera sido mucho mejor, pero la verdadera razón por la que no los hice tiene nombre y ese es Yoongi, estaba a punto de llorar cuando la voz de Taehyung me saco de mis pensamientos.
-Mi lindo Jimin ¿Qué le parece si vamos a comer?
-Me parece mal- Ni siquiera pude mirarlo.
- ¿QUEEÉ? USTED TIENE QUE COMER NIÑO, NO VOY A PERMITIR QUE MUERAS DE HAMBRE.
-Está bien, pero no me grites que nos van a correr.
-Es que nunca entiendes a la primera, Jimin- Se cruzó de brazos.
-Ya te dije que si ¿O no? - Asistió- Entonces vámonos, niño- Tome mis cosas y me levante de mi escritorio.
-Oye, tú no puedes decirme niño soy tu mayor, NIÑO- Resalto la última palabra.
-Sí, si, el día que empieces a comportarte como tal, ese día quizá te crea, por el momento eres un- Lo mire con una sonrisa burlona- NIÑO- Le saque la lengua y me fui rápido dejándolo atrás.
- ¡Jimin! No soy un niño y respétame soy mayor, soy tu Hyung- Me regañaba, mientras me seguía.
Taehyung se quejó todo el camino hasta el restaurante, diciendo que no era un niño y dándome ciento un razones por las cuales no lo era.
-Okey ya entendí, eres un hombre grande y fuerte, y yo tan solo soy un niño ¿Podemos comer ya? - Lo mire frustrado.
-Por fin, claro que podemos comer- Sonrió satisfecho.
-Niño- Susurre.
- ¿Qué dijiste?
-Dije, mira- Le mostré el menú.
-Más te vale, mocoso- Achico sus ojitos como advertencia.
- Si como sea, pidamos.
Al terminar de cenar, Taehyung me dejo en mi casa, y al entrar en esta me lleve una para nada agradable sorpresa.
-Mierda ¿Qué hace usted aquí?
-Veo que viniste muy bien acompañado- Dijo serio sin apartar la mirada de la ventana.
-Eso a usted no le importa.
-Tienes razón, no me importa- Al fin me miró a los ojos.
- ¿A qué vino? ¿Por qué entra de esa manera a mi casa?
-Vine a devolverte las llaves, ya no las voy a necesitar.
- ¿No pudo mandar a alguno de sus empleados?
-No, porque quería verte aunque sea por última vez...
Sus ojos estaban ¿Cristalizados? Acaso él estaba por llorar. No Jimin, no debes interesarte, él ya me hizo bastante daño, no vas a caer de nuevo.
-Deje el dramatismo y demelas.
Estire mi mano, Yoongi se fue acercando de apoco y dejo las llaves en mis manos, pero no las soltó.
- ¿Puede soltarlas, por favor? -Lo miré y él se encontraba mirando atentamente nuestras manos.
- S-si- Murmuro con la voz entrecortada y las soltó.
-Gracias, ahora puede irse.
-Sí, será lo mejor- Se dirigió a la puerta de entrada- Adiós Jimin, espero que encuentres la felicidad que yo no pude darte- Y sin más salió.
- ¿Por qué volviste? - Tire las llaves con fuerza- ¿Por qué a pesar de todo mi corazón sigue latiendo por ti, por ti y por nadie más que tú? Te odio tanto Min Yoongi, te odio porque a pesar de todo lo que me has hecho te sigo amando maldita sea, te sigo amando como el primer día, como odio no poder odiarte.
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