5º Nota Mental

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5.- EN EQUIPO SE MUEVEN MONTAÑAS



- No te lo voy a dar, Guillermo. - Sara dijo, con su frente alta desafiante- ¿vas a matar a mi amiga? Qué pena... no es mi culpa que no sepas perder.


- En este juego, tú perderás todo - Guillermo señalo a Isabel, a mí, e incluso a Jaime. Que había llegado disimuladamente sin que nadie se diese cuenta- en cambio, yo. Acabaré ganando. Por muchas pérdidas que tenga.


- Eres un ser sin corazón - sentencié


- Puede ser. No te digo que no. A veces los ganadores tenemos que tener sangre fría en las venas.


- ¡Que ganador ni que pepino! Si yo no te voy a dar el colgante - Sara dijo burlona.


- Si no lo haces... - el mago dejo la frase incompleta en el aire


- Adelante. Carla, puedes matarla. - Guillermo carcajeo incoherente ante la respuesta de Sara.


- Y luego decís que yo soy un ser sin corazón. Cuando la niña firma la sentencia de muerte de su amiga.


- ¿Firmarla? No que va. Solamente sé que aunque Carla este de vuestro lado y nos haya traicionado jamás nos mataría. En primer lugar porque somos amigas. Y en segundo, porque detrás de esa gélida mascara, esas tajantes palabras y ese oscuro comportamiento hay un ser que necesita amor y felicidad. Como todos. Y los humanos somos un auténtico desastre. Si. Pero los niños, somos fábricas de amor y felicidad con patas. Y eso, no se puede cambiar. Carla está a punto de mata a Isabel, sí, pero yo sé que no lo hará. Carla es una de esas fábricas.


- Creo que voy a llorar - Guillermo hizo como si se limpiara una lagrima invisible de su ojo- Carla, mátala. Creo que así nuestra amiguita entrara en razón.


- ¿Me he perdido algo? - la reina de las hadas entró por la puerta como si esto fuera su casa. Miro a su alrededor y le sonrió a Guillermo.


- Majestad, majestad, ¡ayúdeme por favor!- la reina hizo caso omiso de mi


- Nada Cristia. ¿Qué tal el día, amor?


Detrás de ella apareció Liblin


- Liblin, cuidado, ¡la reina no está de nuestra parte! - le grite


- Ya lo sabe Yaizy- Sara dijo- él es el ciego que nos secuestró. Tampoco está en nuestro bando.


Y mi mundo se rompió. Se rompió en mil pedazos. Mil pedazos que no pude recoger a tiempo. Mil pedazos que no se podrían recomponer. Me gustaba Liblin. Quería a Liblin. Estaba ciegamente enamorada de él. Y el solo estaba utilizándome. Ahora mismo, Carla podría haber matado a Isabel. La reina también quería la destrucción del mundo. Pero no me importaba. Nada lo hacía ya. ¿Por qué?

El Hada Del ObjetivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora