𝐋𝐀𝐙𝐎𝐒

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─. "Mi katana está rota, no puedo creerlo, los hilos que controla son más resistentes que el cuerpo del demonio que no podía cortar.
Lo siento, señor Urokodaki, señor Haganezuka, gracias a mi inexperiencia mi katana está rota." -. Pensó el pelirrojo al ver que la hoja de su espada se encontraba partida muchísimo más allá de la mitad cuando golpeó los hilos del demonio, a penas y se podía observar una pequeña parte sobresalir.

Se encontraba exhausto, se podía notar en su respiración agitada, pelear con los demonios anteriores junto con aquellos cazadores que le servían de marionetas al demonio "madre" lo agotaron en demasía, pero este ser estaba en un nivel en el que los demás demonios a los que se enfrentó no se le comparaban en lo absoluto.

En escasos segundos volvió a ser atacado por aquellos hilos plateados que simulaban ser telarañas, logro moverse a un lado y esquivarlo, pero no podría estar evitando hilo tras hilo o se agotaría mucho más.

─. "No, no es momento de compadecerme ¡Piensa, piensa!" -. Se detuvo firmemente sosteniendo el trozo de su Nichirin entre sus manos, debía encontrar la solución a esta situación sin desesperarse, evadió otro hilo, no dudo más y se impulsó hacia al frente en un ataque directo. -. "Si no puedo cortar esos hilos tendré que acercarme a él." -. Nuevamente, las delgadas hebras plateadas que casi se transparentaban se dirigieron hacia el cazador, quien habilidosamente supo huir con éxito de los hilos.

El chico se movía rápido, pero el tiempo corría y su cuerpo estaba cada vez más cansado, por lo que en cada segundo era más difícil mantenerse en la batalla.

─. "No puedo, es como si sus hilos tuvieran vida propia y me bloquearan el paso, me está superando en todo momento, ¡Y aún no está intentando matarme!" -. Dijo en sus pensamientos, estaba al borde de la desesperación por no tener idea de cómo derrotarlo.

─. Dime ¿Te sigues negando a arrepentirte de lo que me dijiste antes? -. Exclamó la quinta luna menguante, no mostraba ningún tipo de expresión en su rostro y su voz se escuchaba tan neutral que era indescifrable saber si estaba molesto.

Tanjirō, al escucharlo gruño enfadado, estaba demasiado frustrado con las circunstancias sucedidas, por más que se esforzará en derrotar al demonio, simplemente no podía y terminaba más cansado de lo que ya estaba.

─. Ya entendí, bueno, parece que ha llegado tu fin. -. Exclamó el peliplata mientras tiraba sin titubeos unos hilos los cuales estaban conectados a sus dedos; los hilos se posaron delante del humano y tenían la función de cortar su cuerpo en múltiples partes.

El de ojos carmesí se quedó en shock al observar detenidamente las telarañas acercándose a él, no podría esquivarlas por más que lo quisiera, el pelirojo esperaba el terrible ataque mas nunca fue impactado en su cuerpo; Nezuko había recibido las cortantes hebras en su cuerpo sirviendo como escudo para el pelirrojo, protegiéndolo así del brutal ataque; ella estaba consciente de que si su hermano recibía el daño sería perjudicial, al contrario, si era ella quien salía lastimada podría recuperarse, sería algo tardío, pero se regeneraría en un considerable lapso de tiempo.

Rui se encontraba igual de sorprendido, la chica salió de la nada y se posó frente a sus telarañas sin tener miedo a ser lastimada por salvar al de haori verde a cuadros.

─. ¡Nezuko! -. Se escuchó un grito desgarrador por parte del hermano mayor, todavía no asimilaba que su hermanita lo haya protegido de un demonio nuevamente.

Sabía que ella se regeneraría lentamente, pero sus heridas se veían muy críticas; el rango de fuerza se basa en cuanta sangre humana han tomado y Nezuko desde que se convirtió no ha devorado humanos, tomo en sus brazos el pequeño cuerpo de la chica que casi se desploma en el suelo y lo llevo hacía un árbol donde la recostó con sumo cuidado.

𝖂𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓 𝕷𝒐𝒗𝒆 •|| GIYUUNEZU ||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora