The darkest hours [Harry Potter- Adap. JakeHoon]

Capítulo 11

Jake.

A Jake le sudaban las manos, si los descubrían no podrían disfrutar del baile y todos sabían que ya se habían metido en suficientes líos para un buen rato. Sorprendentemente, Heeseung no había ideado el plan esta vez, había sido Sunoo. Jake tenía fe en él, nada podría salir mal... o al menos eso esperaba. 

Ninguno quería dejar solo a Beomgyu, el Gryffindor era un año menor a ellos, por lo tanto, no podía entrar al baile, así que habían buscado una forma de meterlo a escondidas, y si eso implicaba meterse en más problemas, pues que así sea.

Beomgyu se encontraba a su lado bajo la capa de invisibilidad, Jake lo sabía porque le había tirado de la manga hace solo unos segundos para hacerle saber dónde estaba.

Flinch era el encargado de asegurarse de que ninguno de los años menores entrara, pero no ponía mucho empeño en su tarea, solo tomaba sus nombres para asegurarse que eran estudiantes de últimos años.

–Shim Jaeyun– dijo al hombre, trató de mantener su voz lo más tranquila posible.

El portero abrió la puerta y dejó pasar a Jake, Beomgyu a su lado volvió a tirar de su manga una vez dentro, lo habían logrado.

El gran comedor estaba impresionante, habían quitado las cuatro mesas de las casas y puesto algunas redondas más pequeñas en los costados. La gran pista de baile que se había formado estaba decorada con luces, calabazas parlantes y otras cosas, y por supuesto, habían dejado las velas mágicas que flotaban sobre sus cabezas. Cuando vio a unos chicos mirando extrañados al esqueleto bailarín, Jake no pudo evitar reír ante la extraña imagen.

Sunoo y Heeseung se encontraban ya a su lado en una de las esquinas del comedor cuando Beomgyu se quitó la capa de encima.

–Eso fue increíble– dijo el chico sonriendo y chocó los cinco con Sunoo.

–Solo recuerda mantenerte alejado de los profesores y todo saldrá bien– le indicó el chico. 

Sunoo llevaba una sencilla, pero formal camisa manga tres cuartos violeta oscuro brillante y un pantalón del mismo tono, el color hacía resaltar mucho su cabello blanquecino, de verdad se veía bien.

–Ahora, a divertirnos– dijo Heeseung y se internó con la multitud que bailaba.

Jake negó con la cabeza y sonrió, si había alguien que sabía vivir la vida, ese era Heeseung.

–¿No se suponía que teníamos que venir de colores oscuros?– le preguntó Sunoo a Jake mientras miraba su atuendo.

–No me gusta vestirme de un solo color, es aburrido– dijo sonriendo y se encogió de hombros. Llevaba puesto un traje negro y una camisa con un diseño tipo playero en colores blanco, amarillo y plata, no cumplía con la consigna, pero definitivamente no se arrepentía de nada, le encantaba cómo se veía y no le importaba lo que los demás pensaran.

–Sinceramente, me gustaría tener al menos un poco de tu talento para la moda – comentó Beomgyu –Pero el único talento que tengo es el de tener hambre todo el tiempo y esa mesa de dulces me está llamando.

Sunoo también la vio y dijo:

–Creo que a mi también me llama.

Jake rio y los siguió hasta la mesa de dulces, tenía que admitir que todo se veía completamente tentador. Sus amigos señalaban cosas y se las pasaban, parecía que no habían comido en años cuando solo había pasado una hora desde la cena. Jake agarró una calabaza de gomitas y la probó, estaba deliciosa. Giró para agarrar un par más y su atención se dirigió hacia la entrada.

Jay y Jungwon entraban tomados de la mano seguidos por Ni-ki, Yunjin y... Sunghoon.

Jake se quedó pasmado ante el grupo de amigos, parecían simplemente perfectos, y más Sunghoon. El pelinegro no podía apartar la vista del chico y comenzó a asustarse. El traje que tenía parecía hecho para él y su peinado era tan pulcro que irradiaba brillo, estaba bromeando con sus amigos, y al reírse, se veía aún mejor. Jake simplemente no podía apartar la vista, tal vez estaba bajo un hechizo o estaba atrapado en algún lugar del espacio-tiempo en el cual no podía mirar otra cosa que no sea Sunghoon. Entonces una voz atrás suyo lo sacó de su ensoñación.