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El  cielo oscuro combinando 

con el brillo de tus ojos,

tan fríos 

tan profundos; 

eres mi amanecer 

cotidianamente,

el lucero 

que me ilumina en ofuscamiento, 

eres  el niño 

que provoca los latidos de mi corazón.


En el tiempo en que te adueñas 

de mis manos,

ocasionas un estallido en mi interior,

solo tu voz origina un escalofrió;

fascinada por tus gestos 

que paralizan el tiempo,

tu perfume inunda mi alma,

provocando

las olas del mar.



Ivet 

Sentimientos sin RespuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora