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Querida depresión:

Sé que estás presente todo el tiempo; tomo pastillas para dormirte y así sentirme un poco libre. Escapar de tus brazos ya lo he intentado, pero, siempre tienes una escusa para que vuelva a tu lado. No necesito una relación con una persona, tú eres experta en ser tóxica. Causante de actuar de ruido en el silencio, dibujando mis ojeras, porque según tú me hace ver hermosa, borras las escenas donde sonreía con inocencia, te llevas mis sueños excusándote que no llegaré a cumplirlas, mi cama no es lugar de descanso porque me está ahogando. Haces que me alegue de las personas que te generan insuficiencia, hacerme creer que me odian, que no debería salir; haciéndome quedar contigo en mi habitación, abrazándome con tus espinas, diciéndome al oído defectos que no veo.

Nunca te menciono, tampoco me apetece hacerlo; no quiero que tomes alma y cuerpo, porque talvez te invente yo.

Me duele el cuerpo, no, es el corazón... ¡No es el alma!, es mi vida que me grita que viva, pero pienso que no pueda hacerlo. Los tsunamis inundan mi rostro, ahogando cada esperanza. 

Rota. 

Sí estoy rota. 

De los siete colores del arcoíris solo llegué a ver el amarillo. 



Ivet

Sentimientos sin RespuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora