Eres un caos, cruel y frío como el viento sobre el mar, y en lo profundo del mar me dejaste, ahogando toda ilusión y sueño; sigo cantando esa canción que me hunde cada vez más en tu océano.
Navegando, tratando de encontrar "eso" que llene tu vacío; el sol se está ocultando y los últimos rayos de luz me siguen iluminando aún en el mar. Mar que refleja el más grande espejo que es el cielo, las estrellas te guían hacia al sur, pero tú siempre desafiando hasta al mismo sol. Vas al norte, donde solo encuentras oro, piedras preciosas y joyas; tu sonrisa se hace presente en tus labios, creyendo que el oro llenara tu vacío, pero sabes muy en el fondo que no es "eso" que tanto buscabas. Habiendo recorrido el mar tanto tiempo conociendo lugares de ensueño que convertiste en cenizas; te veo desde la oscuridad del mar, tus ojos se dirigen a los míos"aún estoy presente, tus ojos y los míos siguen conectando, pero no como la primera vez" me dice una parte de mí. Recapacito a los dos segundos y te doy la espalda, haciéndote ver todas las cicatrices que me marcaran para toda mi vida.
Sacas tu mapa poniéndolo sobre la mesa, buscando con la mirada tu próximo destino. Con una daga traspasas el papel apuntando una isla, levantas las velas del barco para dirigirte. El sol está despertando, su luz me sigue iluminando, te das cuenta, así que decides lanzarme una piedra. A la vista de los demás parece insignificante, pero ellos no lo saben, (solo tú) estoy hecha de cristal, esa piedra ocasiona una perforación que termina atascada en mi pecho ocasionando que me hunda más rápido.
No me quieres cerca, pero desafías a todo que me quiera tocar poniendo tu sello de propiedad con solo una mirada.
Llegas a tu destino, en esta isla, se encuentra un pueblo de mercaderes, las personas tienen sonrisas en su rostro, pero en sus ojos solo se ve el infierno. Vas preguntando con calma hasta que pierdes la paciencia, haciendo notar tu presencia en cada rincón, recibiendo la total atención de los presentes.
- Busco "eso" que el mundo me ha arrebatado. — Dices con una voz segura y autoritaria, dejando a todos aturdidos; notas que un hombre se pone nervioso, así que caminas impasible hasta estar frente a él, no hace falta preguntar por qué tu mirada lo está quemando desde su alma.
- En la cima de aquel volcán, puede encontrarse eso que tanto reclamas. — Pronuncia entrecortado por el dolor.
- Se dice que hay un mapa, pero este no está hecho de papel, sino que solo se puede divisar en el cielo por las estrellas. — Menciona otro hombre con cierto temor.
Tus ojos oscuros se dirigen aquel hombre. — Yo no me hago guiar por las estrellas, ellas serán bellas, más solo te romperán aunque estén hechas de cristal. — Hablas un poco molesto; sin embargo, yo sé que tienes miedo ¿Pero a qué?.
Estás caminando hacia el volcán, estás sumergido en tus pensamientos que al parecer te enoja en cada paso que das. Llegas a la cima encontrando un cofre, no hace falta una llave después de todo tus manos son suficientes para abrirlo. Cierras tus párpados suplicando en tu interior que sea "eso" que tanto deseas encontrar. Al momento de abrirlo notas que de este sale un destello brillante de color verde esmeralda, tu corazón palpita tan rápido que hasta alcanzo a escuchar la melodía que reproducen esos sonidos. Son diamantes y rubíes verdes, tus labios se curvan y tus ojos se llenan de orgullo. Pero yo sé que no es eso que tantobuscas, no te das cuenta de que eso no es algo que se pueda tocar, a veces eso que tantabusca no está escondido en los lugares más lejanos, está más cerca de lo que crees.
Sentado, en tus manos se halla el cofre, tus ojos maravillados por los diamantes. Tu mente te hace creer que lo lograste, pero tu interior te grita que fracasaste. Tu expresión cambia y sales a la cubierta del barco, caminas para un lado para el otro tan desesperado, tus manos comienzan a temblar, tu respiración se agita. Terminas cayendo de rodillas, mirando al cielo de tus ojos salen lágrimas enfrente de las estrellas, no puedes más con los sentimientos que has retenido durante quince años; de tu voz solo salen gritos. Disgustado, comienzas a desquitarte con lo que te rodea hasta que tomas una daga, mi cuerpo se mueve solo y nado a la superficie a la velocidad de una estrella fugaz. Te abrazo y la daga clava el centro de mi espalda. Si una sola piedra puede causarme tanto dolor, esto sin duda me convertirá en polvo esparcido por el océano. Tus ojos oscuros conectan con los míos, me miras asustado, te doy mi última sonrisa porque es lo último que me queda, todo de mí siempre ha sido tuyo. Sacas la daga con desesperación, tu mano izquierda toma mi cabeza mientras que con la otra mi cintura, me acuestas con cuidado en tus piernas, fracaso al querer articular alguna palabra, mi voz se queda estancada en mi garganta, mis ojos tratan hablar.
- Puedo ver atreves de tus ojos, como tú puedes ver atreves de los míos. "Eso" que tanto buscaba, eras tú, porque mi vacío desaparecía con solo tu mirada, pero mi mente me jodía diciendo que eras una debilidad. Estrella de cristal... Perdóname. — Confiesas con los ojos llorosos, juntando tu frente con la mía, mis ojos se van cerrando, mi cuerpo empieza a brillar mientras va desintegrándose, el viento sopla, alejándome de tus brazos, tus manos se cierran con fuerza haciendo notar tus nudillos.
Lloraste día y noche hasta que te convertiste en cenizas, pero por más que supliques tanto al cielo o al mar, ya no podría regresar.
Ivet
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Sentimientos sin Respuesta
PoetryLos poemas exploran la complejidad de las relaciones rotas y los momentos de desesperación, pero también contienen destellos de esperanza y autoafirmación. Los versos, a pesar de su oscuridad, a menudo buscan la belleza en la vulnerabilidad y la luc...