Fake Smile

-Capítulo 11-

El parque se había convertido en un lugar acogedor cuando te das cuenta de que no tienes a nadie a tu lado. Ni a mis "mejores amigas" las tenía apoyándome. Y ahora para rematar, me había dado cuenta de que Zac había estado jugando conmigo, creándome ilusiones falsas.... No solo me sentía sola, lo peor era que lo estaba...

Me quedé en ese lugar hasta que acabó el instituto, aproveché para evadirme leyendo o escuchando música. Estas acciones son un gran antídoto contra la tristeza.

Cuando ya eran casi las 3:00 de la tarde y creí que ya habían salido todos del instituto y por lo tanto no me iba a encontrar a nadie, Zac rompió todos mis esquemas.
Ahí estaba, bajando las escaleras que conducían al puente que se encontraba cerca de mí.
Para mi sorpresa o desgracia, no iba solo. Ahí estaba, la chica de esta mañana. Parecía que lo iba a acompañar a casa.
-Genial- pensé. Encima que tengo que aguantar mis ganas de tirarle de los pelos, tampoco puedo ir a casa todavía porque es mi vecino.

Me quedé otro rato más, pero esta vez, maté el tiempo dando un paseo por los alrededores.

Nunca llegué a pensar que mi madre se preocuparía por mi tanto, tenía 9 llamadas perdidas de ella.
-Buff la bronca que me va a caer.
Decidí que ya era hora de volver a casa. Mi madre estaba demasiado preocupada.
Miles de preguntas empezaron a revolotear por mo cabeza "¿y si me lo encuentro?" "¿que le digo a la chica?" "¿la llevará a su casa?"

Y así como mencionaba en mis preguntas, me lo encomtré de frente. Nos chocamos a la entrada del edificio, no sé como no pude verlo venir.
Intenté ignorarle y seguir por mi camino pero me cogió del brazo y tiró de mí hacia él.
-Ey Jan, ya casi no te veo por aquí. ¿Por qué has faltado hoy a clase?
No sabía por qué pero mi mente quería preguntarle por esa chica pero mi boca no estaba por la labor.
-Me dolía la barriga. Gracias por preocuparte. Ya nos veremos, adiós. -dije mientras me giraba y pulsaba el botón del ascensor.
-¿ya nos veremos? ¿Qué te pasa Jan
net?
Quería decirle de una vez que el problema era él, él con su nueva amiguita. Pero no podía, no me salían las palabras, no podía mirarlo ni siquiera a la cara. Me imponía y mucho.
-Solo estoy cansada -dije acompañándome de un suspiro.
-Pero Janet, te conozco, sé que te te pasa y que ahora vas a subir y a ponerte a llorar en tu cuarto.
-Que claro eres.
-Porque sé que es verdad.
-No, no soy así-intenté hacerme la fuerte.
-Mira, no estoy para supersticiones. Tengo que irme.
-¿Algún día me dirás lo que te pasa? Si no me importaras no te lo preguntaría...-dijo gritándome mientras yo subía en el ascensor.
-Cuando sea fuerte, pensé, cuando sea fuerte...