25 de abril

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Mi reunión con Jonathan fue mejor de lo que esperaba, incluso acepte que me tomara de la mano, (sus manos son más suaves de lo que espere, pero muy sudorosas).

Llegué a la reunión unos 10 minutos antes de él, nos encontramos en un punto medio, una cafetería cerca de metrópolis, él ordenó un capuchino y galletas de chocolate, yo pedí un expreso doble y un pastelito de vainilla, me gusta la vainilla, parecía muy alegre cuando me vio, tenía ese brillo en sus ojos, un brillo que me decía que en verdad le ilusiona el verme a su lado.

-Estoy tan feliz de verte aquí-

Nuestra conversación fue amena, hablamos sobre cómo sería la boda, por supuesto le asegure que, aunque nos casemos, esto es una boda arreglada, así que no voy a dormir con él, para mí sorpresa acepta, tampoco tendremos sexo, seremos compañeros de vivienda, es agradable saber que eso no será un problema.

- ¿Te interesaría tener niños algún ves? - pregunto de pronto

-supongo que podría aceptarlo, algún día- No me negaría a eso, quizá algún día, podría aceptar tener uno o dos a lo mucho, pero no estoy seguro, ni si quiera se cómo funcionaria realmente, pero supongo que ya se resolverá, (En su momento). Tomé mi café con calma escuchando a este ser, al observar sus ojos me di cuenta de que podía ver el mismo océano en estos, ¿será hereditario?

Supongo que nos pusimos de acuerdo en todo lo necesario para vivir juntos, me siento más tranquilo, acepto mis demandas, y logramos hacer acuerdos, así que todo parece ir bien, también me prometió que no tendremos intimidad hasta estar listo, supongo que me vi obligado a aceptar eso, en algún punto tendremos sexo, es una molestia, aunque creo que tendré que coger antes con alguien más, alguien que en verdad me guste, no Jonathan, pero aún no lo hare.


Los secretos de Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora