5

1.1K 137 2
                                    


—¡Woah, Jugwonie!— exclamaron los tres presentes en la sala.

Jimin y Jungkook abrazados en el sofá, con Félix bebiendo su biberón desde el centro, y Soobin apoyado sobre el marco de la puerta.

Jungwon mordió sus uñas dirigiendo una mirada hacia el bebé medio dormido. —Chicos, no lo sé...qui-

—No, pequeño— le interrumpió el rubio, dejando al bebé en brazos de su novio fortachón para levantarse en dirección al menor —Puedes permitirte una salida con tus amigos de universidad ¿Sí? Tus hermanos estarán bien.

Jungwon miró a los hermanos Jeon asentir como cachorrito ante las palabras de Jimin. Eso más el tono dulce del rubio, lograron convencerlo.

—Bien.

Hubo un pequeño festejo en la sala en lo que Jungwon miraba su reflejo en el único espejo de la casa. Se veía bien, el disfraz le iba a penas un poco suelto, pero no era tan notable a menos que te acercaras. Jimin también le aplicó sombra negra en los ojos y un poco de gloss en los labios, haciendo juego de alguna forma con los finos bigotitos que se había aplicado en la nariz.

—¿Vamos, Won?

Los chicos se despidieron de sus hermanos y partieron al barrio donde vivía Winter. Caminaron, a pesar de que quedaba en el otro extremo de la ciudad, pero así la conversión fue más duradera. Tiempo después se cruzaron con el grupo de chicos de la universidad con el que llegarían a la fiesta. Pararon en un súper para comprar bebidas y siguieron con el camino.

Al ingresar al barrio, sorprendentemente la recepción fue amigable con todos ellos. Los guardias de la familia de la anfitriona pusieron una pulsera fluorescente en las muñecas de los invitados e ingresaron tranquilos siguiendo las direcciones a la casa de Winter.

—Es sorprendente que en un barrio privado te permitan hacer una fiesta universitaria— habló Jungwon, mirando las enormes "casas" a su alrededor.

—No me sorprendería que hayan alquilado el barrio u algo así— dijo Soobin encogiéndose de hombros.

El grupo de estudiantes paró y Soobin aprovechó para hablar nuevamente. —Deberíamos pedir dulces en las casas. Luego podemos utilizarlos para las bebidas ¿Qué dicen?

—¿Cerveza con dulces?— inquirió en voz alta Karina, la más borracha del grupo. —No suena bien.

Todos abuchearon a la chica con disfraz de hada y hablaron entre todos al mismo tiempo, creando un alboroto de voces.

—Me refería a los tragos dulces— aclaró Soobin.

Todos se pusieron de acuerdo y se dirigieron en pares por las casas adineradas. Jungwon y Soobin tuvieron suerte en las primeras siete casas, recibiendo elogios de sus disfraces y adulando la hermosura del más bajo.

—Creo que por acá vive el profesor Park— comentó dudoso Soobin. Ante sus palabras, Jungwon lo miró sorprendió y el mayor continuó. —Sí, lo escuché hace un rato en la conversación de Chaewon y Millie. Querían llegar a visitarlo, pero en su cuarto— completó con una risa divertida.

Jungwon sintió sus mejillas arder.
¿Visitarlo en su cuarto? ¿Él podría hacer eso? Simplemente llegar, seducir al profesor y luego aparecer mágicamente en su habitación...ambos desnudos, con el peso de ese enorme cuerpo asfixiando a Jungwon, marcando su  anatomía y-

—Hey ¿Todo bien?— pregunta zamarreandolo su amigo —Te quedaste perplejo.

Pasaron segundos hasta que Jungwon asintió. —Sí. ¿Dónde vive el profesor Park?

Soobin lo pensó por un momento. —Me parece que es aquella— señaló hacia atrás, a sus espaldas, una casa que parecía de dos pisos con portones que impedían la vista a la propiedad. Se escuchaba música fuerte proviniendo desde el interior, pero no se podía observar nada. Aunque la vista exterior también era muy elegante. Y costosa.

—No te sorprendas— siguió hablando el más alto —Sabes que el profesor tiene dinero. Él mismo nos contó que diseñó su casa y que la tuvo en menos de un año.

Jungwon no dijo nada. Luego lo pensó una vez más y habló exaltado.

—¡Él está montando una fiesta!

Soobin agrandó sus ojos y volvió su vista. —Entonces quizá la casa no le pertenezca a él.

Jungwon entrecerró los ojos. —Probablemente. Pero es difícil imaginarlo en situaciones donde no sea un idiota hijo de puta ¿No?

—Estoy de acuerdo.

Después de llenar sus bolsitas con caramelos, Soobin tuvo una magnífica idea.

—¿Y si nos pasamos por la fiesta de aquella casa antes de ir a la de Winter?

Jungwon dudó —No estamos invitados ¿Y si es por lista?

—Averigüemos. 

No esperó respuesta y agarró la mano de su menor, tirándolo en dirección de aquella gran y misteriosa casa.

10/10 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora