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—Yang.

Sintió escalofríos al escuchar la forma en que su apellido era liberado por los labios del mayor. Él no parecía tener ninguna emoción, ni siquiera verbal. Quizá era un papel para intimidar a Jungwon. Pero no se dejaría.

—Profesor Park— se odió cuando su voz salió temblorosa y reflejó un atisbo de miedo. Así que carraspeó su garganta y se enderezó. —Quiero...yo-

—¿Qué quieres, Jungwon?— interrumpió demandante Jongseong. Jungwon no respondió y eso impacientó al profesor. —Te he hecho una pregunta. Mírame.

Jungwon obedeció rápidamente a la orden sin importarle mostrar sus ojos de ciervo con tal de no hacerle la contra a aquella voz. Pero se sintió avergonzado cuando se dió cuenta de su sumisión instantánea.

Jongseong también lo notó y miró con escrutinio a todo Jungwon. Sus ojos mieles convirtiéndose en petróleo por un segundo, para de un momento a otro darle pasos a los rayos de sol que iluminaban su mirada vacía.

—Qué quieres.

Jungwon se sacudió. Su labio inferior tembló un poco. No por ganas de llorar, por algo más. Así que negó con la cabeza y se alejó de espaldas al camino.

—No, nada. Feliz halloween, profesor— dijo con voz de gatito asustado, tomando rápidamente sus cosas para huir de ahí sin esperar respuesta del profesor.

Corrió prácticamente en dirección al baño y gritó, largando toda su ira y molestia por lo acontecido. Tenía tantas cosas acumuladas en el pecho que se le fue la voz y lloró. Ya no era solo la nota. Era el cansancio y su vida de mierda. Estaba harto.

—Won— murmuró Soobin. En algún momento entró al baño y Jungwon no reparó en ello —Te seguí. En realidad te esperé en la entrada y te vi correr pero no me notastez. ¿Todo bien?

Jungwon respiró hondo para tragar el llanto y se rió lastimosamente, secando sus lágrimas y saliendo del cubículo como si nada.

—Sí. No pude hablar con Park. Me asusta hasta los huevos.

Soobin rió y se cruzó de brazos, apoyado en el lavamanos de al lado. —A mi también me da miedo. Pero creo que el miedo que siento es que me robe a mi chica. Por Dios ¿Acaso es modelo o algo así? seguro lleva una doble vida.

Jungwon sonrió de lado recordando a la bella Wonie. Otro nudo se formó en su garganta y lo alejó pasando saliva —Ella te ama. Es imposible que te deje por alguien siquiera mil veces mejor que tú. Deberías valorar un poco más eso.

Soobin se encogió de hombros —Puede ser. ¿Vas hoy a la fiesta de Winter? es en ese jodido barrio rico de gente rica como ella. No entiendo cómo fue tan ingenua de invitarnos a toda la facultad sin medir nuestras posiciones sociales. Por seguridad, digo.

Jungwon rodó los ojos, peinando su cabello cobrizo antes de contestar. —Somos pobres, no ladrones. De todas formas, no creo ir.

—¿Por qué?— interrogó su amigo, acercándose con su figura alta y delgada —Estuviste trabajando como loco estos días para descansar el fin de semana. ¿Pasó algo?

—No— negó Jungwon con rapidez.

—¿Volvió el idiota?— preguntó con veneno en su voz, refiriéndose al padre de Jungwon y sus hermanos. —¿Están bien en casa? ¿Necesitas ayuda? porque yo te ayudaré, lo sabes.

Jungwon negó nuevo —No, tranquilo. Estamos bien...solo estoy agotado. Gracias por preocuparte— agradeció sonriendo un poquito, con esa voz dulce y cálida.

Soobin suspiró peinando sus cabellos azules y se acercó hasta tomar las mejillas de Jungwon en sus manos —¿Podrías decirme qué pasa, Won? Por favor.

El más bajo agachó la cabeza y negó por tercera vez. —Hyung, estoy bien— dijo intentando sonar lo más sincero posible —Solo me encuentro un poco demacrado y no me siento bien como para salir. Tampoco tengo un disfraz. Además, debo ayudar a los mellizos con su tarea. Kai es bastante malo en matemáticas y Bahiyyih no quiere ayudarle.

Soobin aplanó sus labios, pasando sus pulgares por las pecas que adornaban las mejillas delgadas de Jungwon. Era hermoso.

—Bien. Si cambias de opinión solo llámame y te buscaré ¿Sí?

—Sí.

Ambos tomaron sus mochilas y se dirigieron hacia la salida. Vivían en el mismo barrio, así que se despidieron cuando llegaron cada uno a sus casas.