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"Creo que estoy cerca."

Lisa se sintió bendecida. Estos eran sus siete minutos favoritos del día. "¿Cerca?"

"Si, cerca de llegar al punto de la gran muralla china en donde está mi crush."

Lisa soltó una pequeña risa. "¿Así de difícil es?"

"El amor no conoce límites." Bastante dramático.

"¿Qué sigue entonces?"

La chica tarareó. "Estar segura."

"¿Segura de qué?"

"De que somos amigas."

La rubia levantó una ceja. "¿Y cómo lo harás?"

"No te preocupes. Ya lo pensé."


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Y ahí estaban compartiendo paraguas de nuevo como consecuencia de otro lluvioso día. No quería admitir en voz alta que una parte de ella esperaba encontrarse en el vestibulo con Jennie. Tampoco quería pensar que Jennie esperaba a propósito por ella.

No es como que le interesara saber el motivo de todos modos. Seguro era sólo para evitar la lluvia y no enfermarse. Si, era eso. Sólo eso.

No le importó ir chocando sus codos y hombros. No le importó que su mochila se estuviera mojando por un borde sólo para que ambas entraran en la sombrilla. No le importó que Jennie sólo se estuviera quejando de sus compañeras de equipo ni de sus nuevas técnicas de juego.

Después de años de apenas cruzar miradas y palabras, este era un agradable cambio. En verdad le estaba hablando. Simplemente conversando. Era algo que Lisa jamás hubiera creído.

"Entonces... ¿Qué crees que seamos ahora?" Preguntó Jennie.

"¿De qué estás hablando?" Bajaron del bus y comenzaron su recorrido a pie. La lluvia se había calmado pero aun lloviznaba un poco.

"Oh, bueno ya sabes." Se encogió de hombros. "Eramos algo así como una clase de amigas---"

"No. No lo éramos."

"---luego enemigas. ¿Qué somos ahora?"

No sabía porqué pero la pregunta la inquietó. Apretó los labios. "Yo diría que somos un 'ya veremos'."

"Eso es algo bueno, ¿no?" Lisa levantó su rostro para mirar a la otra chica. Ella mantenía la mirada hacia el frente mientras sus nudillos que sostenían las correas de la mochila se ponían blancos. ¿Estaba nerviosa? El tono de su voz no parecía demostrar eso pero su lenguje corporal irradiaba otra energía. "¿Por qué importa eso?"

Jennie frunció el ceño claramente ofendida. "¿Por qué no te importa a ti?"

La rubia rodó los ojos para evitar su  mirada y parecer desinteresada. "No es que no importe para mi."

"¿Eso qué demonios quiere decir?"

Podía visualizar el edificio de la más baja a través de la niebla. Grandioso. Entre más pronto llegaran, más pronto Jennie olvidaría esta conversación y más pronto Lisa tendría su respiración a la normalidad de nuevo. "¿Qué es lo que tú quieres decir?"

"Digo que, ¿por qué es tan difícil para ti aceptar que tal vez seamos amigas?"

Lisa dejó salir una fuerte carcajada. "No somos amigas."

Jennie dejó de caminar y la rubia retrocedió cubriendo a ambas de nuevo. "¿Por qué no?"

La rubia se encogió de hombros. Todo se encogió a su alrededor. Apretó la mandíbula. A pesar del frío que trajo la lluvia su piel ardía tanto que podía sentir el sudor en sus manos y un incomodo peso sobre sus hombros.

El Guardián Secreto (Jenlisa) adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora