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Era sólo un juego, pero Lisa estaba estresada por el atuendo que iba a usar. Todo lo que Jennie le había visto usar era el uniforme escolar. Ahora tenía que poner un poco más de esfuerzo en su ropa. Especialmente si asistiría a una fiesta.

Gruñó frustrada. ¿Por qué tuvo que decir 'sí' a eso? ¿cómo se supone que podría mantenerse allí toda la noche? No sólo por Jennie, si no por toda la gente que la ha odiado durante toda la preparatoria.

Tal vez no esté tan mal. Claro. Si Jennie la quería ahí, entonces todo saldría bien. Estaría a salvo. Nada de que preocuparse.

Se vistió con una blusa de franela y unos jeans, decidió que eso sería suficiente y se dirigió a la escuela.

El lugar estaba lleno y la rubia se vio arrastrada al mar de gente vestida de azul marino y dorado o negro y verde. Nunca antes había estado en un juego sólo para mirar, siempre estuvo en el puesto de venta o administrando el marcador. No sabía que es lo que tenía que hacer, si buscar a la pelinegra o ir directamente a la taquilla y dar su nombre, ¿o el de Jennie? ¿Se supone que siquiera le entregarian una entrada física? No lo habían hablado, ¿y si Jennie lo había olvidado?

Fue salvada de la ansiedad cuando a lo lejos reconoció el ya familiar número de camiseta. Lisa no pudo evitar sonreír al ver como Jennie levantaba el cuello buscando a alguien entre las personas. Igual con la altura de Lisa, no había manera de que fuera tan difícil de encontrar.

"¿No se supone que tú deberías estar calentando?"

La pelinegra volteó su cuerpo y agitó su cabeza al reconocer a la dueña de la voz que le hablaba. Sus ojos la revisaron de arriba a abajo. Fue sútil, pero no había necesidad de preguntar si le gustó lo que vió, era muy evidente por la forma en que sus ojos demoraron en revisarla y por lo que su boca se abrió.

Pero el momento duró poco cuando frunció el ceño.

"¡Al fin! ¿Por qué tardaste tanto?"

"Lo... ¿siento?"

"Ya, toma." Le entregó la entrada.

Lisa lo miró. "Este es tu boleto de compensación."

"Duh." Golpeó ligeramente sus nudillos contra la frente de la rubia. Había entendido que era una de sus raras maneras de demostrar afecto y pensó que podría vivir con eso siempre y cuando no dejara alguna hematoma.

"¿Aún vienes esta noche?"

"Ya estoy aquí, ¿no?"

"Me refiero a la fiesta."

"¿Por qué no lo haría?"

"¡No lo sé!" Cruzó sus brazos, estaba increíblemente a la defensiva y tímida al respecto. "Tal vez cambiaste de opinión o algo así."

"Por favor." Resopló. "Soy una cita confiable."

Las mejillas de Jennie se encendieron. "¿Entonces estás segura de venir?"

Lisa dejó de hacer bromas. Se dió cuenta de lo importante que era esa noche para ella, así que decidió darle la seguridad que necesitaba. "Si, Jennie."

"Eso pensé". Jennie sonrió.

"Wow, limpien en el pasillo seis". Gritó una voz chillona directamente al oído de Lisa. "Tenemos baba aquí en el piso."

La tierna sonrisa de Jennie se evaporó instantáneamente. "No eres graciosa Jisoo."

"Tienes razón, soy la mejor". Le guiño un ojo a su compañera y luego se giró hacia la rubia. "Lo siento tendré que robarla. Tenemos un juego que ganar."

El Guardián Secreto (Jenlisa) adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora