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Nunca antes en su vida se había sentido tan nerviosa de tener que ir a la escuela. Ni siquiera el primer gran día tenía comparación con atravesar las puertas del lugar con la sospecha de que la chica que solías odiar era posiblemente la persona que te confiaba sus secretos en una cabina y que posiblemente estaba enamorada de t-----

Lisa ni siquiera podía decirlo. Simplemente sonaba tan ridículo.

Su primer idea fue evitar a Jennie. Al menos hasta que lograra organizar sus ideas. El problema era que había olvidado sus cosas en su casa un día antes y no le dejó más opción que ser una buena persona y devolvérselas.

Entró al salón de clases y su vista buscó a la pelinegra. Estaba en su escritorio jugando en su teléfono como cualquier otro día. Su cabello suelto, su ceño fruncido por la concentración y su uniforme perfectamente arreglado. El chico a su lado se acercó para decirle algo que la hizo reir y Lisa quedó tan atrapada por ese glorioso sonido que tropezó y cayó justo sobre el escritorio de Jennie.

Su risa paró cuando se dió cuenta. Su sonrisa se esfumó por completo y sus ojos se ampliaron en preocupación antes de remplazarlos con una mirada inexpresiva y unas mejillas ligeramente rojas.

"Tú, uh---" Lisa echó un vistazo para ver si el chico le prestaba atención. No lo hacía. Probablemente la única persona que la miraba era Jennie pero sus nervios le pintaban el ambiente tan pesado como solían hacerlo en los viejos tiempos con esa misma chica. "Olvidaste esto."

Jennie no dejaba de mover su mirada de arriba a abajo y de un lado a otro. "Oh. Gracias."

¿'Oh. Gracias'? ¿Eso era todo? Extraño. No. Bueno.

"No hay de qué."

Caminó hacía su butaca. Jennie la miró sobre su hombro encontrándose ambas miradas. Está vez no fue la rubia quién casí se rompía el cuello, de hecho, el cuello de la otra chica chasqueó de lo rápido que regresó su mirada hacía el frente. Era como si se hubiera avergonzado de haber sido atrapada.

Lisa no podía dejar de preguntarse porqué Kim Confidencia Jennie estaba actuando como una  tímida chica de preparatoria con un crush. Oh, espera. Es porque era una tímida chica de preparatoria con un crush.

El calor subió por su rostro y dejó caer su cabeza entre sus brazos, ¿cómo era posible esto? No podía ser posible.

Jennie no era la chica de la cabina. No había manera alguna.

Y lo descubría pronto.


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Había llegado la hora. Esa hora del día.

Su estómago se iba quemar en cualquier momento por las ansias.

Las bisagras rechinaron cuando entró la siguente persona. Lisa aguantó la respiración escuchando como sus piernas caían sobre el asiento y los pies golpeaban contra el suelo.

Respiró hondo para hablar. "Bienvenido a la---"

"Lo arruiné todo."

Lisa puso toda su atención. Era toda oídos. Y también hormigueos y nervios e histéricos latidos escandalosos que provenían desde su pecho.

"¿Hola?" La persona habló de nuevo ante el silencio. "¿Aún estás ahí?"

La rubia apenas y lograba respirar.

"¿Es en serio? Pagué por esto, es de mala educación hacerme perder mi tiempo."

Esa voz. Esa actitud. ¿Cómo no la pudo reconocer antes? No se equivocó. No había dudas. Era Jennie. Siempre fue Jennie.

El Guardián Secreto (Jenlisa) adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora