𝐒𝐄𝐀 𝐁𝐑𝐄𝐄𝐙𝐄| ¿Acaso te has imaginado la sensación de aparecer de un momento a otro en una época totalmente desconocida?, ¿te gustaría presenciar el pánico y el miedo total al pensar que no volverás a casa?, paralizarte en un instante al obse...
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UNA MAÑANA GRISACEA EN NEWFOUNDLAND CÁNADA, FUE ACOMPAÑADA DEL SONIDO CONTINUO DE SUSPIROS Y BOSTEZOS, el sonido de las hojas de aquellos libros inundaba la estancia que hasta en ese momento se encontraba totalmente repleta de coloridas portadas y el olor característico de libros viejos y nuevos. El día era perfecto para pasar el rato junto con una amena platica y una cálida taza de café, pero para Cassie era todo lo contrario, sus dedos jugaban con el lápiz que yacía entre ellos, mientras que su cabeza se reposaba con aburrimiento sobre su palma izquierda, sus ojos se encontraban agotados de haber indagado por miles de libros, sentía que una de sus esferas oculares se desprendería con facilidad si seguía leyendo, pero no tenía otra opción, debía de ayudar a su padre, se lo había prometido hace algunos días.
—Creo que tomaremos un descanso.—Habló Scott al notar como su hija comenzaba a divagar.
—Papá, desde... ¿Desde cuándo comenzaste a hacer esto?.—Preguntó la chica un tanto dudosa puesto a que siendo sincera no recordaba si su padre le había comentado la fecha en la que comenzó con su enorme obsesión, no quería ser grosera al no recordarlo.
—¿Hacer qué?.—Preguntó Scott observando un libro.
—La investigación.—Respondió obvia, Cassie.
—¡Ah!, hablas del Titanic.—Dijo emocionado.—Bueno... comencé en 1997, desde que miré por primera vez la película con Leonardo DiCaprio.—Sonrió.
—¿Leonardo DiCaprio te inspiró a investigar?.—Preguntó burlona mientras tomaba un sorbo de su café.
—El Titanic, Cassie, el Titanic.—Scott la observó divertido mientras cambiaba de libro.
—Scott, no quiero ser una desalmada ante tus gustos, cada quién los tiene y entre gustos se rompen géneros, pero ¿por qué tanto interés en un maldito barco hundido?.
—En primer lugar, soy tu padre no me tutees.—Dijo Scott escuchando un pequeño "lo siento".—Y en segundo, ¿cómo puede haber tanto odio en tu corazón por el Titanic?.—Preguntó rápidamente con una tonada sorprendida y sus grandes ojos abiertos hasta no más poder.
—No lo sé, solo era un barco más .—Respondió la chica restándole importancia a aquel trágico acontecimiento.
—¡No puede ser!... ¿Qué clase de padre soy?.— Pregunta Scott, el hombre verdaderamente estaba aterrado, no lo podía creer. Scott tenía su mente revoloteando entre cientos de preguntas, ¿su hija le estaría haciendo una mala jugada?
El hombre había quedado estático en el sofá, posiblemente había llenado su hogar de tanta información sobre el Titanic que Cassie había aborrecido dicho barco, era una total desgracia, Scott no esperaba que su hija tuviera los mismos gustos que su padre, pero tenía la esperanza que la castaña guardará una pizca de entusiasmo e interés por saber la historia de aquel buque.
