𝐒𝐄𝐀 𝐁𝐑𝐄𝐄𝐙𝐄| ¿Acaso te has imaginado la sensación de aparecer de un momento a otro en una época totalmente desconocida?, ¿te gustaría presenciar el pánico y el miedo total al pensar que no volverás a casa?, paralizarte en un instante al obse...
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CASSIE SE ENCONTRABA ENVUELTA EN UN VA Y VEN DE EMOCIONES, sus manos sudaban, sus piernas temblaban, y aquel molesto frio recorría su columna vertebral haciendo que un dolor molesto se posicionará en ella. Su brazo derecho se encontraba entrelazado con el izquierdo de Rose, quién se mantenía en una posición firme y confiada, haciendo que la castaña se encogiera ante tanto brillo que desprendía la pelirroja. Cassie trataba de imitarla, obsequiando bellas pero tímidas sonrisas a las personas que se encontraban en la cubierta superior, pero, la simple idea de pasar el rato con las personas más influyentes en este barco la aterraba demasiado.
—No bajes la mirada.— Habló Rose por lo bajo.
—Lo siento, estoy un poco nerviosa.— Susurró Cassie mientras levantaba la vista.
—Es comprensible en este tipo de situaciones.—Dijo.— Levanta un poco más tu cabeza, baja tus hombros, y camina con la espalda recta.
El cuerpo de Cassie comenzó a tomar una postura diferente a la que se encontraba acostumbrada. Los pensamientos comenzaban a atosigarla, toda su vida creyó haber caminado en una posición correcta, y no dañina para su espalda. La pobre chica estaba avergonzada pues en sus pensamientos solo se mostraban imágenes de lo horrible que se podría haber visto a simple vista con aquellas posturas que ella acostumbraba a comparación de las que adoptaba nuevamente con su ahora amiga.
Rose observó frente a frente a Cassie, quien trataba con todo su esfuerzo de replicar las palabras de la joven Buckater. Sabía lo tedioso e incomodo que era optar por estos nuevos hábitos, todo para que la sociedad logrará etiquetar a las jóvenes como unas damas con sofisticación, estaba hasta la coronilla, sin embargo, Rose no quería obligar a Cassie a este estilo de vida, pero debía evitar a toda costa que se llevará un mal rato ante las miradas burlescas y discriminatorias de su amada madre, y las condesas.
—¿Siempre caminas de esta manera?.— Cuestionó Cassie con una mueca, pues el entumecimiento en sus músculos se intensificaba.
—Por desgracia, si.— Sonrió.—Te acostumbrarás, es cuestión de practica.— Cassie Sonrió.
—De acuerdo, ¿hay algo más que deba saber, señorita Dewitt Buckater?.— Cuestionó la chica poniendo en práctica los consejos de su amiga, haciendo lucir una nueva Cassie.
—Lamento otorgarle una respuesta positiva ante su cuestionamiento, señorita Headley.—Respondió.
—¿Ah si?.— Preguntó un tanto incrédula. Hasta ese momento, la castaña había sentido una mirada sobre ella, pero hizo caso omiso. En estos momentos sea quién sea no se encontraba en su lista top 7 de "cosas que realmente le importan".
—Mi madre.—Habló con dificultad.— Mi madre es un tanto... Complicada, únicamente le agrada el dinero, y las personas que nadan en dinero.
—Entiendo, pero no deberías de preocuparte por eso, no sería ni la primera, ni la última persona que conozca que tenga esa ideología.— La sonrisa de Cassie le ofrece a Rose un sentimiento de apoyo, y confianza.
